Para Carlos Del Frade, como para tantos otros dirigentes políticos de Santa Fe, la aprobación o rechazo del proyecto que busca aumentar dos impuestos –ingresos brutos e inmobiliario-- a bancos y cerealeras, sectores con rentabilidades extraordinarias en estos últimos tres años, va a marcar una “bisagra” sobre el nivel de “valentía” (o cobardía) de la política local para legislar sobre el poder económico.

La iniciativa, tal como anticipó Rosarioplus.com hace algunas semanas, corre de atrás en el Senado. El expediente ingresó la semana pasada, aunque, por el momento, no hay mucho interés en debatirlo en el recinto. Quedan solo dos encuentros ordinarios hasta fin de año. De no tratarse, el gobernador Miguel Lifschitz podría solicitar su análisis en la sesión extraordinaria de diciembre.  

A grandes rasgos, el proyecto aprobado en Diputados busca que 18 cerealeras exportadoras paguen el 1% de su facturación de impuestos a los ingresos brutos (hoy pagan 0,25%); triplicar  el impuesto inmobiliario a estas empresas y todo el sector financiero; y subir del 5% al 10% por el impuesto a los sellos.

El objetivo es recaudar parte de lo que la provincia perderá por la quita del subsidio al transporte y evitar así que los usuarios, ya castigados por las políticas de ajuste, tengan que afrontar aumentos desproporcionados en un servicio tan sensible como el que brindan los micros urbanos, interurbanos y de larga distancia.

El diputado Del Frade (Frente Social y Popular) viene pidiendo desde hace años que la provincia grave la renta extraordinaria del polo agroexportador. En 2016, por ejemplo, pidió que estas firmas tributen más impuestos para paliar los efectos de los tarifazos en los hogares santafesinos.

En diálogo con Rosarioplus.com, el legislador cargó contra los senadores que rechazan el proyecto. Responsabilizó entre otros al peronismo, que constituye el bloque mayoritario.

-¿Cómo toma las dudas de muchos senadores de votar este proyecto?

-Me da mucha pena y mucha bronca. El complejo oleaginoso del sur de Santa Fe desde hace 20 años lidera las exportaciones de Argentina. Por nuestros puertos salen el 70% de todos los granos y cereales. No hay devuelto absolutamente nada de la enormidad de recursos que ha puesto la provincia en sus beneficios. Ahora cuando se quiere gravar de forma mínima se niegan con cinismo y extorsión, lo que desnuda que se creen los dueños de la provincia. Son señores neofudales del tercer milenio que cuenta con la subordinación de los dirigentes políticos que están en el Senado. Me da mucha bronca que la política pierda su autonomía frente al poder económico.

-Estamos hablando de un reajuste mínimo, de 0,75% ¿Sorprende tanto lobby?

-Son 72 centavos cada mil pesos de facturación. Vicentín, la empresa de Padúan, el presidente de la Bolsa de Comercio, facturó en su último balance 16 mil pesos por minuto. Vicentín y el resto de estas 18 cerealeras están entre las primeras 50 empresas del país con mayor facturación. Por eso nos parece que el grado de mezquindad es absoluto, con un nivel de extorsión que para mí figura el delito de amenaza concreta.

-¿Cuán bisagra es este debate en la lucha por una redistribución de la riqueza más justa?

Muy importante. Esto marca que el problema de la desigualdad en la provincia y en Argentina es un tema político. Hay una falta de valentía de la política sobre el poder económico. Se marca con alevosía en este caso. Es un tema clave en Santa Fe y en el país. Hasta dónde la política se anima a ponerle límites a los poderes económicos. Así como Santa Fe tiene aspectos progresistas en su política, es absolutamente regresiva en materia impositiva.

-El peronismo y el Frente Progresista dominan el senado. Ambos bloques acompañaron el proyecto en Diputados. ¿Cómo se explica que ahora le den la espalda?

-Llama la atención. Pero está claro que hoy las decisiones en la política son mucho más personales que colectivas. Y el problema grande es que esas decisiones personales están usurpando las viejas identidades políticas. Estamos hablando de partidos que alguna vez enamoraron a nuestro pueblo, como el peronismo o el radicalismo. Los partidos están dejando de lado sus principios.

-¿Le sorprende la postura de los senadores peronistas?  

-El peronismo que dice combatir el capital, en este caso, lo termina avalando y compartiendo. Es una vuelta de campana de esa hermosa estrofa de la marcha peronista. Es impactante esto. Más cuando en Diputados todos los legisladores justicialistas votaron este proyecto. En el Senado van en contra a partir del jefe de la bancada, Armando Traferri, quién conoce muy bien el paño. Como intendente de San Lorenzo alguna vez intentó algo parecido. Se ve que lo han domesticado. Lo que está claro es que la llave en el Senado la tiene el peronismo: tienen 11 de 19 bancas

-Según una encuesta, el 70% de los rosarinos apoya que cerealeras y bancos aporten más para cubrir los nuevos costos del transporte. El respaldo popular parece estar.

-El pueblo entiende esta lógica más allá de su voto en una urna. El que tiene que pagar más es el que más tiene. Es un principio de lógica implacable que alguna vez habrá que hacer realidad en Argentina. Esto es lo que hoy está invertido. Estos grupos concentrados pagan menos y el ajuste se recarga sobre la espalda de las familias. Pasa con cualquier impuesto. Hay un enorme desprecio para el ciudadano a pie y un cuidado como si fuesen señores feudales hacia los tipos que tienen el gran dinero.

¿Le incomoda a la política dar estos debates?

La quita de subsidios tiene que ver con la transferencia de los recursos provinciales directamente al Fondo Monetario Internacional. Esto exige refundar hoy la lógica de cómo las provincias se alimentan con dinero propio. En Santa Fe producimos un producto bruto geográfico de 638 mil millones de pesos, sin embargo el presupuesto fue de 121 mil. Siempre me pregunto por qué el estado o los gobiernos se quedan con la tercera parte de la producción. Estas discusiones hay que darlas. Y son políticas. Ni económicas, ni administrativas, ni jurídicas: son políticas.

¿Hay margen para presentar el año que viene otro proyecto similar si éste no sale?

-Vamos a seguir peleando. Desde hace tiempo que venimos luchando por un paquete impositivo diferente. Si le cobramos el 5% de ingresos brutos por la facturación que tienen estas grandes cerealeras, la provincia tendría 9 mil millones de pesos más por año. Si una peluquería paga el 4,5%, ¿por qué Cargill tiene que pagar el 0,25%? No tiene lógica alguna. Por esto uno espera otra final y el acompañamiento del Senado. Estamos hablando de que se quiere gravar algo ínfimo. Qué chiquito que es el volumen de valentía que hay en el Senado. Bolivia es por quinto año consecutivo el país que más ha crecido en América Latina. Lo que hizo Evo Morales es dar vuelta la cuestión impositiva. Antes las empresas se llevaban el 80% de los bienes y los recursos minerales. Hoy se llevan el 20%.