La concesión de la empresa Tránsito Rosario S.A, que desde 2008 administra el sistema de estacionamiento medido, finalizará en junio del año que viene. La Municipalidad ya envió al Concejo los pliegos para una nueva licitación, en su afán de mantener el servicio en manos privadas. La discusión sobre el modelo de gestión más conveniente para la ciudad (algunos ediles pretenden que el Estado tome las riendas) incluirá la problemática de los cuidacoches, un tema que divide aguas en el interior del Palacio Vasallo.

Las posturas se sintetizan en dos proyectos radicalmente opuestos. El bloque del PRO insiste con prohibir la actividad en las zonas con parquímetro, en barrio Pichincha, los alrededores de la Estación Fluvial y los lugares donde se desarrollan eventos masivos. Mientras que Ciudad Futura propone crear el "Programa Social de Estacionamiento Cuidado", que asigna la mitad de la recaudación al municipio y el resto a los trabajadores informales del rubro.

La iniciativa del PRO fue presentada hace dos años por el ex concejal Rodrigo López Molina, pero nunca llegó al recinto. El borrador volvió a aparecer sobre tablas meses atrás cuando se discutió la prórroga de la concesión. Para el autor del proyecto, ninguna "respuesta intermedia" resulta efectiva. 

"Por el momento hay una inacción total por parte del poder Ejecutivo.Hay unanimidad en la opinión pública y también desde muchos sectores del arco político que creen que algo hay que hacer. La solución que aparece es el registro, pero no sirve. De ahí nuestro planteo de prohibirlos", planteó en su día López Molina.

La concejala Rena Ghilotti pidió incluir esta iniciativa en el debate sobre la futura concesión del estacionamiento medido. "Creemos que es el momento oportuno para empezar dar una discusión sobre este proyecto. En las zonas donde funciona el estacionamiento medido también cuidacoches, el usuario se encuentra con una doble imposición pagando por un servicio legal y una actividad irregular", señaló.

Y agregó: "Así como nosotros planteamos la prohibición, hay otros bloques que plantean otras posibilidades. Nos parece prioritario tratar esta problemática y no seguir mirando para otro lado. Creemos que se debe avanzar en una respuesta clara y contundente”.

La inclusión es posible

El bloque de Ciudad Futura apunta a un modelo municipal de estacionamiento medido con los cuidacoches como "fiscalizadores".  El proyecto designa un cuidador para cada una de las cuadras medidas, quienes estarán identificados e inscriptos en el monotributo social. En una primera etapa venderían tarjetas para luego avanzar en un pago digitalizado. 

Para los ediles Juan Monteverde, Manuel Salinas y Caren Tepp, el año que viene se estará ante una oportunidad única "para abordar y resolver de manera justa, decidida y de fondo el problema de los cuidacoches. "Hay que unir variables en el debate y terminar con la privatización y el tarifado del espacio público, y al mismo tiempo incluir a sectores olvidados por el Estado para generar una ciudad más integrada", explicaron. 

El proyecto no modifica las zonas donde en la actualidad se paga para estacionar (más de 500 cuadras). El eje del borrador gira en torno a regularizar el trabajo de los cuidacoches. Los trabajadores habilitados para la actividad de cuidador serán inscriptos en un registro municipal, que les permitirá tener a su cargo la venta de "Tarjetas de Estacionamiento" y el cuidado de todos los automóviles de una determinada cuadra, la cual se asignará mediante un sorteo público.

La idea es que los cuidadores compren las tarjetas a mitad del precio que fije el Concejo. La diferencia será su remuneración mensual, en base a lo que generen. "El sistema fue diseñado para tener un mínimo de 500 trabajadores y un máximo de 1000. El programa es autosustentable, es decir que con sus propios ingresos económicos puede cubrir los sueldos de los trabajadores, los gastos de operatoria y las posibles mejoras en el sistema", explicó Juan Monteverde. 

El máximo referente de Ciudad Futura le pide al municipio que habilite una prueba piloto en algún sector de la ciudad para probar el funcionamiento del proyecto. "Muchos quieren abordar este tema negando la problemática social. Se busca una impracticable prohibición que, como toda prohibición de un hecho social, termina agravando el problema, estigmatizando y fragmentando a la sociedad", reflexionó.

La experiencia de Mendoza

La inclusión de los cuidacoches dentro de un sistema público de ordenamiento del tránsito funciona con éxito en la ciudad de Mendoza. La normativa fue posible gracias a una ordenanza que prohibió la desregulación de la actividad y a un programa social y participativo de estacionamiento medido.

Se relevó a las personas que ejercían esta tarea informalmente y se los incorporó de a poco en el nuevo sistema. Mendoza tiene hoy 2.000 espacios de estacionamiento y 300 tarjeteros censados que cumplen tres turnos de trabajo. 

Las ganancias se reparten. El Municipio comparte el costo de la tarjeta: 50% queda para el trabajador y 50% para la comuna. El requerimiento para estar incluido en el programa es tener más de 18 años y haber estado trabajando como cuidacoche previamente a la implementación del programa.

El municipio tiene a su cargo el control de los tarjeteros, quienes están obligados a cumplir un horario. En caso de alguna irregularidad --inasistencias reiteradas, adulteración de tarjetas o que el cuidacoche cambie su lugar con otra persona--  el programa prevé la posibilidad de un apercibimiento, suspensión o como última medida la rescisión del contrato.