En una nueva audiencia imputativa celebrada este martes, el juez Hernán Postma rechazó la medida cautelar pedida por la fiscal Valeria Haurigot para desalojar a los trabajadores despedidos de la empresa Frimetal (fabricante de las heladeras Electrolux) que se encuentran acampando frente a la empresa. En tanto, la resolución del conflicto quedó en manos del Ministerio de Trabajo.

“El juez dijo que esta causa no compete al área penal porque es un conflicto laboral en el que un grupo de trabajadores está exigiendo ser reincorporados, entendiendo que tienen derecho a la protesta y rechazando el desalojo”, señaló a RosarioPlus Virginia Grisolia, referente del Frente de Izquierda, que apoya el reclamo de los cesanteados.

Por otro lado, aclaró que “si bien las imputaciones siguen vigentes, se tienen que comprobar y, como ahora el conflicto tiene que ser mediado por el Ministerio de Trabajo, van a dejarlas pendientes”. En tanto, este viernes tendrá lugar una nueva audiencia en dicha dependencia estatal con el objetivo de llegar a un acuerdo entre las partes.

Mientras tanto, la fiscal Haurigot quedó mal parada en la audiencia imputativa celebrada este martes. Es que allí se ventiló un audio que está subido a Youtube y en la que se la escucha dialogar con ejecutivos de Frimetal SA acerca de estrategias para disolver la protesta y restablecer el ingreso a la planta de Batlle y Ordóñez al 3400.
 
La fiscal había imputado este lunes a uno de los trabajadores despedidos (el único que se hizo presente en la audiencia ) por el delito de “sabotaje y usurpación por turbación en concurso ideal en calidad de coautores”, acusándolo de bloquear el acceso a la planta  y afectando su normal funcionamiento. También intentó hacer lo mismo con otros 16 trabajadores que habían faltado a la citación, pero esta resolución judicial dejó esas acusaciones en suspenso. No habrá intervención de la Justicia penal. Antes deberá hacerlo el Ministerio de Trabajo, consideró el magistrado.

Una semana sin respuestas

El lunes de la semana pasada, 22 trabajadores de Electrolux habían llegado a la fábrica ubicada en Batlle y Ordóñez al 3400 y fueron rechazados por el molinete de entrada. En ese momento, y sin previo aviso, se enteraron de que habían sido despedidos. Desde entonces, realizan un acampe frente a la empresa a la espera de una respuesta.