La policía Sonia Gómez fue condenada a un año y cuatro meses de cárcel porque se la considera responsable de adulterar la escena de un choque fatal. El siniestro vial ocurrió el 22 de febrero de 2014 en Pellegrini entre Provincias Unidas y Perú. En él perdieron la vida Emiliano Cáceres y Facundo Aguirre, quienes viajaban en un auto conducido por Federico Gómez, hijo de la mujer, que en aquel momento empleada policial de Homicidios en la Jefatura. 

Con beneficio de la duda, Sonia Gómez fue absuelta de la acusación de abuso de autoridad, incumplimiento de los deberes de funcionario público y de omitir actos de oficio, que eran otros cargos que enfrentaba. Se trata de un caso que sienta jurisprudencia, por ser el primero del Nuevo Sistema Penal que incluye muertes por siniestros viales. 

Por otra parte, el comisario a cargo de la seccional 14 al momento del episodio, Fabián Fantín, había sido acusado por el delito de omisión de actos de oficio y violación de medios de prueba, pero fue absuelto por “el estricto beneficio de la duda y atipicidad”.

La decisión fue de los Jueces de Primera Instancia Patricia Billota, Gustavo Pérez de Urrechu e Ismael Manfrin. 

El abogado de la querella, Ignacio Carbone, precisó a Rosarioplus.com que “Sonia Gómez invadió la zona perimetrada y manipuló elementos dentro del vehículo”. 

La madre de Facundo, Valeria Stortoz había asegurado a este medio: “Tenemos pruebas de que ella se quedó con actas firmadas y con pertenencias de los chicos, que quedaron en el auto después del accidente, y creemos que se las habría entregado al comisario”. Luego de la muerte de Emi y Facu, los familiares buscaban esas pertenencias sin resultados, pero “diez días después dimos con la mochila de Facundo, porque sus amigos nos dijeron que ella se la había quedado”. Según indica, la mochila de Facundo fue devuelta de manera no oficial.

Esta actitud, según opina Stortoz, “fue un manotazo de ahogado, porque se le mezclaron los conocimientos de procedimiento policial con la desesperación de ver a su hijo culpabilizado, y en vez de salir a pedir perdón, lo cubrió”. A esto agregó Carbone, se agrava el hecho de que ella cumpla deberes de funcionaria policial, ya que “se conoció que el análisis de alcohol lo realizó siete horas más tarde, no se encontró el resultado, y lo llevó a la Jefatura (donde trabajaba ella) en vez de la comisaría correspondiente por la zona del siniestro”.