El Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires dictó la conciliación obligatoria en el conflicto por los sesenta despidos en la planta que la empresa Bunge tiene en la localidad de Ramallo, a 100 kilómetros de Rosario. Los responsables del complejo industrial aseguraron que acatarán la medida.

Los trabajadores aceiteros se agruparon en la puerta de la planta en la tarde de este miércoles para volver a sus puestos de trabajo y pese a que se vivieron momentos de tensión con miembros de Prefectura apostados en el lugar, desde el Sindicato de Aceiteros aseguraron que la actividad volverá a la normalidad con el primer turno del jueves.

"Hubo conciliación obligatoria y la empresa llenó de prefectos el interior de la fábrica, pero ya nos comunicaron que se comprometieron a dejar ingresar mañana y acatar la medida", confirmó a Rosarioplus.com el secretario del gremio, Adrián Dávalos.

De cualquier forma, teniendo en cuenta otros antecedentes, los aceiteros remarcaron que seguirán atentos para que no sea "más de lo mismo" y que la conciliación sea acatada ahora para volver "por todo" en los próximos quince días. 

El recorte que la empresa planea es grande: son 60 los trabajadores que luchan por mantener su puesto en una planta donde se desempeñan 120 personas. De darse, el ajuste impactará fuerte en una localidad pequeña como Ramallo.