David Marcelo Rey, uno de los ex jefes de la PDI acusados de integrar la asociación ilícita comandada por Esteban Lindor Alvarado, continuará con prisión preventiva luego de que la jueza María Carrara aceptara el pedido de prórroga planteado por el fiscal Luis Schiappa Pietra. Se sospecha que el ex policía plantaba pistas falsas para que los operativos contra el jefe de la banda no fueran exitosos.

En su carácter de policía integrante de la PDI división Operativa de la UR II, Rey fue imputado por ser parte en una asociación o banda de tres o más personas cuyo jefe sería el narco Esteban Alvarado.

Los investigadores entienden que Rey, en un allanamiento ocurrido el 29 de abril pasado en Rosario, insertó un teléfono celular con mensajes de texto destinados a ser analizados por fiscales del MPA para que éstos, siguiendo pistas falsas, orienten las investigaciones por el homicidio de Lucio Maldonado y los atentados contra el Poder Judicial hacia otro rumbo.

La Fiscalía entiende que Rey actuó “a sabiendas de que su aporte formaba parte del plan común” elaborado por Alvarado “cuya finalidad era desviar la investigación por el homicidio de Lucio Maldonado e inculpar a otras tres personas, una de ellas relacionada con la familia Cantero, como los responsables del mismo”.

Hermanos

El detenido David Rey no actuaba solo. Muchas veces lo hacía con el acompañamiento de su hermano Martín, también parte fundamental de la PDI. Ambos fueron imputados en junio pasado por los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento agravado por tratarse de un delito especialmente gravado en concurso real, en calidad de autor.

Además de las sospechas sobre las pistas falsas, se presume que habrían sido quienes en diciembre del año pasado avisaran a un grupo de fiscales que un grupo de personas de nacionalidad colombiana estaban escondidos en la localidad de Pueblo Esther, y que los mismos serían los autores de los atentados al Centro de Justicia Penal y de los Tribunales Provinciales. Todo esto, claro, a sabiendas de que no era verdadero y con el fin de desviar la investigación otras personas, entre ellas una vinculada a la familia Cantero.

Los hermanos también participaron del allanamiento en el cual habrían “insertado” un teléfono celular con mensajes de texto destinados a ser analizados por los fiscales del MPA para que dirijan la investigación por el homicidio de Maldonado y las balaceras hacia otros destinos.