La Fiscalía de Violencia Institucional imputó este martes a los cinco policías involucrados en el caso María de los Ángeles Paris, la bibliotecaria que murió dentro de la Comisaría 10 en circunstancias oscuras. El juez Juan José Suárez aceptó las figuras propuestas por la fiscal Karina Bartocci, aunque dispuso que los efectivos, que siguen en funciones, continúen el proceso en libertad.

Bartocci imputó al comisario de la seccional, Silvio Cortés, y a la suboficial Susana Domínguez por homicidio preterintencional (con dolo pero sin intención de matar) e incumplimiento de deberes de funcionario público. En tanto, Damián Zalazar, Andrea Alovatti y Silvina Gianotti, fueron imputados por incumplimiento de deberes de funcionario público. 

Aunque el juez dejó firmes las imputaciones, todos los efectivos continuarán en libertad sin poder salir del país ni acercarse a los familiares de Paris, que atravesaron la jornada en un clima de nerviosismo y conmoción.

Los llegados a la bibliotecaria “debieron escuchar las barbaridades que dijeron los defensores, pero quieren ir por más porque puede peligrar la prisión efectiva para los policías y ellos quieren llegar a una condena”, le dijo a Rosarioplus.com el abogado de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), Federico Pagliero.

El letrado anticipó también que este miércoles solicitarán que los policías imputados, que actualmente se desempeñan en distintas dependencias, sean apartados de sus cargos.

La querella, compuesta por la hija de la víctima, Amsafé y la Cátedra de Criminología de la UNR, solicitó la calificación más alta para la imputación: tortura seguida de muerte en concurso ideal con privación ilegítima de la libertad, además del incumplimiento de deberes como funcionarios públicos para Cortez y Domínguez, y para los otros tres la omisión de denunciar la tortura, así como la privación ilegal de la libertad y violación de medios probatorios.

Para la familia, María de los Ángeles murió privada de la libertad, violentada, esposada y sin sus ropas. Una segunda necropsia que se realizó sobre el cuerpo a partir de la insistencia de quienes reclaman justicia permitió a la Fiscalía establecer que la muerte no fue natural.

La versión policial intentó posicionar a lo largo del tiempo una muerte por causas naturales, remarcando que Paris ingresó por su cuenta en la Comisaría 10ma, y estaba alterada, que entró y salió varias veces, que la quisieron llevar en un patrullero hasta su domicilio, que continuó en estado de excitación hasta que la devolvieron a la comisaría. Que allí la esposaron y la dejaron en un cuarto, donde comenzó a respirar con dificultad hasta que murió, antes que llegara servicio de emergencia médica, a pesar de haberle practicado maniobras de reanimación.