Carolina Boetti, una mujer trans de 55 años y profesora de teatro, es la primera en recibir en manos del Estado la reparación histórica, en reconocimiento a la violencia y persecución por su condición sexual durante la última dictadura militar.

Se trata de la primera, por una cuestión administrativa, de otras casi veinte mujeres que padecieron el encierro y vejaciones en el ex centro clandestino de detenciones  que funcionó en la entonces Jefatura de la Policía, hoy Sede de Gobierno provincial. La semana entrante la recibirán otras tres, cuyos papeles se encuentran en proceso en la Justicia.

La reparación salió de manos del gobernador Miguel Lifschitz, quien escuchó su historia, y luego le notificó que el trámite había sido aprobado. “Todavía no lo creo, sigo en shock emocional, porque hoy iba a recibir una distinción, y ahí me entero que salió la reparación, justo ahí que es el lugar donde estuve detenida”, narró Carolina en diálogo con Rosarioplus.com momentos después del emotivo acto.

Boetti expresó que el momento lo celebra con “sentimientos encontrados”, y junto a su familia y amigas brindaron después del evento. El reclamo del colectivo trans lleva más de un año, y aseguró no haber pensado que saldría tan pronto, “acostumbradas a no tener derechos, por ser de la generación que padeció la dictadura: a trabajar ni a estudiar. Ahora podremos vivir tranquilas los años que nos quedan”.

Sobre aquellos años de encierro recordó que padeció “humillaciones verbales, psicológicas y sexuales: nos encerraban en las cárceles comunes junto a asesinos y violadores, así que imaginate que tampoco estábamos tranquilas con ellos”.

La ahora actriz y profe de teatro recordó que tuvo la suerte de emigrar, a diferencia de otras: “Me fui a Italia y lo mismo hicieron otras cuatro. Allá viví y conocí lo que es vivir con libertad. Volví a mi ciudad en 2009 por el arraigo, pero la mayoría, éramos 40, murieron acá por diferentes situaciones, todas relacionadas con la falta de derechos. Hoy de las 40 quedamos 13 en Rosario”.

Se trata de una pensión mensual no contributiva a personas que hayan acreditado haber sido privadas de su libertad, que hasta hoy la norma no contemplaba entre las razones (políticas, gremiales y estudiantiles) a las minorías sexuales, por lo que se trata de un momento histórico que “abrirá el camino para que el resto de los países que vivieron dictaduras similares lo imiten”, explicó Esteban Paulón.

Carolina celebró que los derechos en los últimos años se fueron adquiriendo para las chicas trans, como el cupo laboral, pero que lamentablemente “nosotras que somos mas grandes es muy difícil conseguir trabajo”.