Interpol Colombia detuvo en la ciudad colombiana de Medellín a Juan Carlos Bossi, quien participaba en los llamados "vuelos de la muerte" e integraba la lista de represores por los que la Justicia argentina ofrecía una recompensa de 100.000 pesos por su captura en el marco de la causa caratulada "Guerrieri, Pascual Oscar", que trata sobre los secuestrados que pasaron por los centros clandestinos de detención la escuela Magnasco, la Intermedia, la Quinta de Funes y La Calamita.

"La captura de Bossi va a tener repercusión en Rosario", señaló Gabriela Durruty, abogada de familiares de desaparecidos y detenidos por razones políticas, en diálogo con Rosarioplus.com

Según explicó la ex candidata a intendenta, el procesamiento del ex dictador "comienza de cero", ya que la ley nacional no permite el juzgamiento de una persona en su ausencia. "Se va a respetar el derecho a la defensa, porque desde un principio se dejó en claro que se quiere justicia y no venganza", destacó Durruty.

En cuanto a la nueva gestión nacional, la letrada señaló que "hasta ahora los derechos humanos era una política de Estado" pero con la llegada de Mauricio Macri, la responsabilidad quedó sólo en la justicia. "Es bueno saber que las alertas no se han dejado de lado", señaló la abogada.

Bossi fue detenido cuando iba a tomar un taxi para dirigirse a una cita médica, informó Interpol de Colombia. Al represor, que formaba parte del personal civil del grupo de inteligencia militar (PCI) se lo conocía como "el doctor" porque abordaba los vuelos de la muerte vestido con bata de médico y a sus víctimas las torturaba por asfixia por medio de los cauchos que en los procedimientos médicos son usados como torniquetes para las tomas de muestras de sangre, entre otros.

Por estos hechos, pesaba sobre Bossi un pedido de captura, ordenada desde el 4 de abril de 2011, por el juez Federal de Buenos Aires, Marcelo Bailaque, por delitos de lesa humanidad, como secuestro, tortura, desaparición y homicidio.

A Bossi, según el expediente, "se lo identifica como la persona que inyectaba y mataba a los detenidos".

Sin embargo, mucho antes de que se ordenara su detención, Bossi huyó en 1981 a España abandonando a su esposa e hijos y allí se escondió por casi tres décadas.

Bossi, de 67 años y oriundo de la ciudad de Santa Fe, vivió por largo tiempo en Barcelona, hasta que un viaje a Colombia, en 2008, lo hizo tomar la decisión de mudarse.

A Colombia entró clandestinamente por la frontera con Panamá y estuvo en Medellín y allí se quedó.
En Colombia logró obtener documentos de identidad fraudulentos con su nombre de pila.

Bossi se afilió a la Entidad Promotoras de Salud porque sufre de cáncer pulmonar y precisamente, el jueves a las 12.40 del mediodía, cuando abordaba un taxi para ir a una cita médica, agentes de Interpol lo detuvieron.

De inmediato, se activó el proceso de la extradición del represor a la Argentina.