La reconstrucción que hizo Fiscalía para avanzar en las imputaciones contra los 18 policías que el 23 de junio participaron de la persecución y posterior asesinato de David Campos (28 años) y Emanuel Medina (32) no deja dudas sobre lo que ocurrió aquella mañana en zona sur.

A partir de los peritajes y de las pruebas recolectadas a lo largo del expediente (recorrido de los móviles, croquis de la escena del crimen, cámaras de seguridad, videos de vecinos, e informes balísticos) se llegó a la conclusión que algunos policías dispararon sin motivo -se descartó el fuego cruzado- y otros adulteraron la escena para entorpecer la investigación intentando simular un enfrentamiento.

Desde un primer momento, todos los agentes involucrados memorizaron la versión oficial para incriminar a las víctimas y desviar la causa hacia un caso de legítima defensa. Pero ese pacto de silencio se quebró. Según pudo averiguar Rosarioplus.com, dos de las cinco mujeres policías imputadas por encubrimiento cambiaron sus declaraciones. Admitieron que mintieron por estar bajo amenaza y contaron que el oficial que manejaba el móvil en la que ellas se desplazaban fue quien fusiló a Campos.

Al día de hoy la causa tiene a un oficial imputado por homicidio calificado por abuso de función o cargo (Alejandro Bustos) y a sus 17 compañeros imputados por encubrimiento doblemente agravado.

El fiscal Adrián Spelta tiene acreditado que Bustos y los policías Marcelo Escalante y Emiliano Mendoza dispararon contra el Volkswagen UP en el que circulaban las víctimas. Sin embargo, hasta el momento, solo se pudo comprobar que los proyectiles del arma de Bustos impactaron en Medina, quien iba al volante.

Con las pruebas recolectadas a hoy, Spelta no logró aún terminar de cuál de las dos armas restantes (Mendoza o Escalante) salieron algunas de las balas recuperadas del cuerpo de Campos, la otra víctima. Hay una pericia en curso en poder de Gendarmería que, en principio, permitirá dilucidar esta duda.

En su cambio de declaración, las policías, que se encuentran en prisión domiciliaria por tener hijos chicos a sus cargos, señalaron a Mendoza como el agente que le disparó en la cabeza a Campos. Contaron que iban en la parte de atrás del patrullero que conducía Mendoza, quien se bajó y disparó al ver que uno de los jóvenes se movía.

En la audiencia que se celebró esta mañana, Spelta ofreció pasar en un video las declaraciones de estas dos policías para que la jueza las escuche, pero las defensas se opusieron. La prueba, no obstante, se incorporó al expediente.

También se ordenó una custodia de gendarmería en los domicilios de estas dos policías, debido a que dijeron estar “amenazadas” por su decisión de romper el pacto de silencio.

“Que se haya quebrado esta pacto permite avanzar aún más en las responsabilidad de los policías. Y en mi caso, pude saber quién y cómo mataron a mi hermano. Ahora tenemos que esperar el peritaje de gendarmería para que esta persona también sea imputada por homicidio”, señaló Germán Campos, hermano de David, al salir de la audiencia.