El violento ataque en la autopista Rosario-Buenos Aires contra el jefe de Santa Fe de la Policía Federal Argentina (PFA), Mariano Valdez, esconde una motivación ligada a su desembarco en la delegación local y la exoneración de la cúpula en cuestión. 

Así lo afirmó la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, al descartar un robo común y hablar de "carácter mafioso" en la emboscada como forma de represalia. "En Santa Fe hemos luchado con las bandas criminales y esto puede ser parte de esta realidad. Sobre todo por las características de que las personas podrían estar encapuchadas, no parece ser un robo común", dijo en LT8..

"Tuvimos un cambio en la Policía Federal y, desde que Valdez ha estado, cambios internos como persecuciones a bandas. Él fue a hacer una tarea de ordenamiento interno y persecución de bandas de narcotráfico. Pensamos que tiene que ver con su tarea", sostuvo.

Luego recordó que el jefe de la PFA a nvel nacional, Néstor Roncaglia "descabezó y echó a muchas personas que hacía muchos años que estaban". "Se limpió y puso a un equipo nuevo y ahora sucede esto. Pero no queremos ligarlo directamente a esto porque también ha habido operaciones muy importantes contra bandas criminales", afirmó.

A lo que se refiere Bullrich es a la purga que realizó en mayo pasado luego de dos investigaciones federales que detectaron irregularidades serias en la delegación local y derivaciones con el narcomenudeo. Hasta el jefe local del momento, el comisario Marcelo Lepwalts, fue apresado.

En su momento, escuchas telefónicas a un narco permitieron desbaratar la cúpula de la fuerza federal local. Todo se inició el 4 de abril pasado cuando efectivos detuvieron a una persona con drogas pero finalmente lo dejaron ir por un supuesto caso de “tenencia simple”.

Sin embargo la persona estaba siendo escuchada por otros investigadores a cargo del fiscal Walter Rodríguez, lo que terminó siendo clave para presumir que hubo una coima en la liberación. Pero también connivencia luego de detectar en la delegación local 88 bochas de cocaína de procedencia ilegal y se presumió que su fin era para la venta.