¿Quién paga el ajuste? La respuesta parece no tener medias tintas. O lo pagan exclusivamente los trabajadores, los usuarios, los pensionados, los ciudadanos de a pie (como está ocurriendo); o algunos platos rotos los pagan también los poderes económicos concentrados, los pocos sectores beneficiados por el modelo instaurado en diciembre de 2015.

La Cámara de Diputados de Santa Fe eligió la opción B. La semana pasada, el diputado Rubén Galassi (Frente Progresista Cívico y Social) presentó un proyecto de ley para recaudar en 2019 unos 700 millones de pesos que se destinarán al sistema urbano e interurbano de pasajeros, en plena crisis por la quita de subsidios. 

El legislador propuso que sean las bancos y las cerealeras (18 firmas) las que aporten este dinero. Puso a consideración del recinto la posibilidad de aumentar la alícuota de Ingresos Brutos para estas empresas agroexportadoras  (del 0,25% al 1% de toda la facturación) y triplicar el impuesto Inmobiliario para los bancos e entidades financieras.  

El proyecto obtuvo media sanción con 33 votos a favor (del Frente Progresista, los sub-bloques del PJ y el interbloque Igualdad), 6 abstenciones (UCR) y 6 votos en contra (Cambiemos). 

El diputado Carlos Del Frade (Frente Social y Popular) justificó su mano en alto. Explicó que se trata de un "impuesto mínimo" a empresas que en sus últimos balances mostraron una facturación de 400 mil millones de pesos, el doble de todo el presupuesto provincial. 

En la otra vereda, Federico Angelini (Cambiemos) planteó su "enérgico rechazo" con el manual del liberalismo debajo del brazo. “Los malos acá parecen que son las grandes empresas que son las que generan empleo santafesino, directa e indirectamente. No entiendo esa manera de ver, de afectar a aquellos que generan laburo y emplean a coprovincianos, y sean los malos simplemente porque les va bien", planteó.

La pelota la tiene ahora el Senado, en donde la discusión asoma mucho más áspera y reñida. Ya hay un fuerte lobby de las firmas afectadas para que la medida sea rechazada. 

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) emitió un comunicado a las pocas horas para expresar su “disgusto y malestar” por el tratamiento “relámpago” del proyecto. Calificaron a la iniciativa como un "nuevo golpe legislativo al campo santafesino".

Este lunes fue el turno de la Sociedad Rural de Rosario, entidad que criticó a la legislatura provincial por introducir "una nueva alícuota impositiva, que en su origen se aplicara a las cerealeras, y expendedores de insumos agrícolas, las cuales en el corto plazo, se trasladaran al bolsillo del productor".

"Comprendemos en nuestra entidad, la compleja situación que enfrenta el transporte urbano e interurbano de pasajeros, pero entendemos que el agro, ahogándose, ya aporta toda su capacidad tributaria en detrimento de su posibilidad básica de inversión", reza el comunicado.

Ganancias exorbitantes en plena crisis: cerealeras 

Todos los años, la revista Prensa Económica publica el ranking de las empresas exportadoras. En 2017 --último registro-- aparecen 10 cerealeras entre las firmas con mejores números, la mayoría con sede en suelo santafesino. Este grupo de empresas facturó un total de 18.170 millones de dólares. 

Considerando el tipo de cambio en torno a los 20 pesos antes de la primera corrida cambiaria de abril-mayo, el volumen de exportaciones de estas diez empresas era de 363.400 mil millones de pesos. 

Ahora bien, luego de la segunda corrida cambiaria, con un valor cercano a los 40 pesos por dólar, las ganancias de este polo agroexportador se duplicó. La facturación en pesos subió un 100% en tan solo cinco meses. 

“En apenas 5 meses y por arte de magia y devaluación, el Gobierno de Cambiemos le transfirió a estas empresas cientos de millones de pesos, un monto similar al que se compromete a quitar al conjunto de la sociedad. Lo que se llama una brutal transferencia de ingresos regresivos de la sociedad en su conjunto a un puñado de poderosas empresas”, resumió el economista Claudio Lozano, director del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), al observar esta planilla. 

Según datos oficiales del INDEC, en el primer semestre de 2018 las exportaciones argentinas ascendieron a 29.822 millones de dólares, un 5,5% por encima del volumen registrado a igual fecha el año pasado. En conjunto, los sectores oleaginosos y cerealeros originaron entre enero y junio de 2018 el 43% de las exportaciones argentinas, según el último informe de la BCR.

Si bien es cierto que las exportaciones del complejo sojero tuvieron entre julio y septiembre una caída interanual del 25% en dólares --de 4.747 millones de dólares en el tercer trimestre de 2017 a 3.580 millones de dólares en igual período de 2018-- producto de la sequía, en pesos, gracias a la brusca devaluación, la rentabilidad aumentó: 94.600 millones de pesos (octubre-diciembre 2017) vs 143.200 millones (julio-septiembre 2018). 

Ganancias exorbitantes en plena crisis: bancos

Según los últimos números difundidos por el Banco Central, en agosto los bancos registraron ganancias por 26.143 millones de pesos, un 263% de incremento respecto al mismo mes del año pasado. 

Se trata de un ingreso récord para el conjunto de las entidades financieras, bancos privados locales, privados extranjeros y públicos. En agosto del 2017 las ganancias en pesos habían sido de 7 mil millones. Esto implica que los beneficios de los bancos no sólo subieron fuerte en moneda local sino que le ganaron con amplio margen a la devaluación. Las entidades financieras aumentaron su ganancia medida en dólares en casi 40%.  

El ingreso de los bancos subió en varios rubros. El que se destacó fue el de los títulos valores, que registra los beneficios que obtiene la banca por invertir en las letras que ofrece el Banco Central, principalmente Lebac y Leliq.

Con una tasa de interés que supera el 70%, los bancos aumentaron en 184% su ganancia solamente por este rubro de un año a otro. Se trata de un incremento mucho mayor al de la suba del dólar (120% en el mismo período) y al del aumento de la inflación (35% interanual).