El Sindicato de Profesionales Universitarios de la Salud (Siprus) denunció este domingo un atentado contra una médica residente del Hospital Escuela Eva Perón, de Granadero Baigorria. La profesional interpretó la situación como un ataque personal ya que al introducir una mano en su cartuchera se pinchó con una aguja quirúrgica que tenía restos de sangre en su interior. Era una aguja como las que también se encontraron el fin de semana entre las sábanas de las camas de descanso del personal médico.

“Cabe destacar que estos elementos han aparecido en los dos sitios en cuestión sin mediar personal médico de este servicio, debido a que no son insumos utilizados en nuestra práctica cotidiana. Por lo que consideramos una clara amenaza a nuestra salud de forma intencionada, sin poder establecer aún el/los responsables”, explicaron en un comunicado desde Siprus.

Ante estas situaciones, el gremio exige acciones urgentes y advierte posibles medidas de fuerza si aquellas no se concretan. “Reclamamos tres medidas urgentes: el cambio de todas las cerraduras de esa sala, instalación de cámara de seguridad, y personal de vigilancia en el pasillo”, expresaron desde el gremio y no descartaron medidas de fuerza si no se cumplen con esos pedidos.

El episodio lo sufrió una médica residente el pasado 25 de octubre cuando introdujo la mano en su cartuchera personal, que estaba en la sala de médicos, y sintió un pinchazo. Si bien pareciera algo común este tipo de accidentes, la alarma se encendió cuando tomó conciencia que el mandril de un abbocath (aguja para realizar vía venosa periférica) teníarestos de sangre en su interior y alguien la había plantado allí.

Ante esto, se procedió a realizar la denuncia correspondiente a la ART y a iniciar tratamiento profiláctico para VIH, el cual deberá realizar durante 28 días, con los posibles efectos adversos que presenta el mismo y los controles de sangre periódicos hasta un año después del episodio.

El segundo hecho, en el mismo día, fue la aparición de un abbocath, también con restos de sangre visibles, arriba de una de las camas en la habitación de descanso de los Médicos Residentes. Esta habitación no tiene acceso al público ya que su puerta sólo abre desde afuera mediante llave. Por eso es que piden el cambio de cerraduras del lugar.