La historia de Pablo Escobar Gaviria pareciera nunca llegar a su fin. Es que, a pesar de la muerte del narco colombiano, muchos de sus colaboradores y asociados enfrentan causas por los negociados ilegales que llevaron a cabo durante su vida y que siguen desarrollando mucho tiempo después de su muerte. En cada nueva indagatoria, aparecen nuevos y a veces inesperados involucrados, como es el caso esta vez del futbolista oriundo de Medellín que supo convertirse en ídolo de Boca, Mauricio "Chicho" Serna. 

El ex futbolista, que a finales de los noventa cosechó el cariño de La Doce, fue llamado a declarar junto a la viuda y el hijo de Escobar en el marco de una causa por lavado de dinero proveniente de la venta de drogas mediante inversiones inmobiliarias en la Argentina, entre ellas en el histórico “Café de los Angelitos”. Entre los imputados varios, se encuentran el supuesto jefe de la banda, José Piedrahita Ceballos (detenido en Colombia) y el empresario argentino Mateo Corvo Dolcet.

Respecto a la participación del "Chicho" Serna, los fiscales creen que "una de las tantas formas en que el imputado Piedrahita Ceballos inyectó fondos en los proyectos liderados por Corvo Dolcet fue mediante el aporte de tres inmuebles que, con anterioridad, le había comprado" al ex futbolista. El juez federal 3 de Morón, Néstor Barra, consideró que podría tratarse de "una contribución esencial al delito de lavado de activos" que llevó a cabo la organización.

Las propiedades en cuestión son: un lote del paraje denominado “El Campito” (actualmente correspondiente al Club de Campo San Diego de la localidad bonaerense de Moreno) y otros dos del Barrio Terravista S.A. A raíz de lo que comprueban diferentes documentos, Serna entregó en 2008 la posesión de esas fincas a cambio de la suma de 650.000 dólares y la cancelación de un crédito propio contraído en Argentina por 78.000 dólares.

Los investigadores explicaron que "el precio pactado no se corresponde con la realidad histórica de los hechos", ya que el primero de los lotes Piedrahita Ceballos lo compró el 4 de noviembre de 2008 por 550.000 dólares y tan solo 15 días después acordó venderlo por 1.100.000. Un poco raro. "Es un movimiento típico de lavado de activos que se ha acreditado en otros procesos penales de similares características", indicaron los fiscales al momento de justificar las indagaciones.

La banda fue desbaratada en septiembre de 2017, tras 34 operativos realizados en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, entre ellos en el histórico “Café de los Angelitos”, ubicado en Balvanera. Las intervenciones se coordinaron con otras efectuados por la DEA en Estados Unidos y en Colombia, donde se apresó a Piedrahita Ceballos, el hombre que complica al ídolo bostero.

(Télam)