Tan viejo como el sistema escolar, casi. Llamar al colegio advirtiendo sobre una falsa amenaza de bomba para suspender las actividades suele ser una travesura escolar poco festejable y atribuible a algún alumno que no llegó a estudiar para algún examen. Sin embargo, en las últimas semanas, estos llamados se repitieron con asiduidad en colegios de la ciudad, tanto privados como públicos. La situación motivó que la fiscal Paola Aguirre solicitara un informe detallado a la Brigada de Explosivos sobre estas situaciones para intentar descubrir qué se esconde detrás del fenómeno. Entre otros datos, se investigará el origen de estas llamadas para rastrear a los responsables. 

En un mes (del 5 de agosto al 2 de septiembre) fueron 22 los llamados anónimos que alertaron sobre falsas bombas en escuelas privadas y públicas ubicadas en diferentes puntos de la ciudad, según información proporcionada por la Brigada Explosivos a Rosarioplus.com. En algunos casos, hubo escuelas que recibieron más de un aviso, en diferentes días, como es el caso del Centro Educativo Latinoamericano, el Politécnico y la Escuela Técnica 467.

Falsas amenazas de bomba 

5 de agosto: Centro Educativo Latinoamericano y Ucel (avenida Pellegrini 1332)
9 agosto: Colegio San Francisco de Asís (avenida Puccio 527)
12 agosto: Politécnico y Facultad de Ingeniería (avenida Pellegrini 250)
18 agosto: Escuela Técnica 467 (Corrientes 668)
19 agosto: Colegio Monseñor Boneo (Gorriti 660), Escuela 8043 (Silva 1390), Complejo Educativo Alberdi (Rondeau 1450)
22 agosto: Escuela 3046 (Paraguay 3848), Colegio Inmaculada (pasaje Petinari 6708)
23 de agosto: Politécnico y Facultad de Ingeniería (avenida Pellegrini 250)
25 de agosto: Politécnico y Facultad de Ingeniería (avenida Pellegrini 250)
26 de agosto: Escuela Técnica 467 (Corrientes 668)
29 de agosto: Centro Educativo Latinoamericano y Ucel (avenida Pellegrini 1332). Escuela Técnica 467 (Corrientes 668, dos llamados 11.45 y otro 16.35)
30 de agosto: Madre Cabrini (Cochabamba 662), Colegio San José (Presidente Roca 150), Colegio Arrayanes (Riobamba 1156), Bernardino Rivadavia (Oroño 1146)
31 de agosto: San Miguel Arcángel (9 de julio 3535)

1 septiembre: Facultad de Medicina (Francia y Santa Fe), Escuela Técnica 467 (Corrientes 668), Colegio del Sur (Regimiento 11 al 1100)

El modus operandi, casi idéntico: aun aviso de bomba que pone en alerta a las autoridades del colegio. Se activa entonces el protocolo de seguridad: se da aviso al Ministerio de Educación y a los Bomberos Zapadores. Y se dispone entonces un operativo para desalojar los establecimientos educativos, En todos los casos, hasta hoy, fueron falsa alarma.

"No se desestima ninguna denuncia"

La jefa de la Brigada de Explosivos, la subcomisario Soledad Ocampo, detalló a Rosarioplus.com que “ya se hizo el informe que se llevará a la Fiscalía con todas las actas de requisas por amenazas de bomba del mes pasado y septiembre, para que la Justicia investigue". La intención es "llegar a una causa ejemplar que corte con estos hechos de intimidación pública, como ocurrió una vez en Buenos Aires, donde un alumno fue procesado”. En un mismo día, fueron hasta cuatro los colegios desalojados. La subcomisario aseguró que “todos los años aumentan los llamados en épocas de exámenes, pero es la primera vez que piden un informe”.

Entre los datos que se aportarán a la fiscal, hay información clave: la división de Comunicaciones e Informática de la Policía brindará el origen e información de cada llamado de falsa alerta de bomba recibido por instituciones escolares.

Los recursos que se utilizan para cada operativo son muchos: colaboran integrantes de Defensa Civil, Sies, GUM y Coem. Ocampo aclara que, más allá de que algunos consideren que se trata de bromas estudiantiles, “no se desestima ninguna denuncia, porque hay que seguir el protocolo”.

Son los Bomberos Zapadores los primeros en arribar a la institución, para evacuar a toda la comunidad educativa (implica sacar a menores de edad a la calle, con sus docentes). Luego, es la Brigada Anti Explosivos de la Policía santafesina la encargada del operativo de revisar todas las instalaciones para determinar si es una falsa alarma. Luego, cada escuela decide si continua o no con el desarrollo de las clases.

Ún inspector de los Bomberos Zapadores precisó a Rosarioplus.com: "En los 13 años de servicio que llevo no se encontró en ninguna escuela un artefacto explosivo". Pero aclaró: "Sí encontramos frente a varios supermercados chinos y frente a un banco”.

El Ministerio busca concientizar

La delegada del Ministerio de Educación para la Región VI, Daiana Gallo Ambrosis, contó a Rosarioplus.com que ya relevó todas las escuelas en las que se recibieron los llamados por bombas. La intención es aplicar un dispositivo en estas instituciones, tanto en las públicas como en las privadas (menos el Politécnico que es de la UNR), para fomentar el rol de los centros de estudiantes como concientizadores a sus propios compañeros sobre la gravedad del asunto.

"Los propios estudiantes son multiplicadores de costumbres, por lo que es a ellos a quienes escucharán para comprender lo que cuesta recuperar cada clase, así como el costo humano y de logística de cada protocolo de seguridad”, analizó la delegada. Este operativo comenzará a aplicarse en estos días, pero llevará tiempo para que la tarea logr su fin.

Consultada sobre las hipótesis que se manejan, Gallo Ambrosis precisó que “no hay una sospecha sobre una persona o un mismo grupo, sino que se piensa en un efecto contagio, ya que los jóvenes hoy se comunican por las redes, y se enteran de la amenaza de bomba en otra escuela, y lo replican”. Admitió que estos falsos llamados son "una acción histórica de los adolescentes", pero remarcó que lo preocupante fue “la cantidad que hubo en una semana, en diversas instituciones”.

Repudio de centros de estudiantes

Por su parte, desde la Federación de Estudiantes Secundarios Ignacio Millán aclaró que los centros de estudiantes secundarios "repudian esta práctica porque impide el desarrollo normal de las clases cuando falta poco para terminar el ciclo lectivo”. Y calificó estos llamados como "un acto muy individualista, porque aunque siempre alguno lo hace, no piensa en el resto de los alumnos y docentes que retrasan sus estudios”.

El joven destacó que esta práctica se registra históricamente en el Politécnico. Contó que “desde el centro de estudiantes del Poli no saben quiénes son los responsables, pero sí que en varios casos es la misma persona, ya que recuerdan su voz”.

Docente de la Facultad de Ingeniería de la UNR, que comparte el edificio con el Politécnico, Jorgelina Walpen destacó que “todos los años sucede, pero es siempre en épocas de trimestrales, por lo que suele haber uno o dos llamados a principios de año, otro después de mitad de año y otro a fin de año”.

El riesgo, según la docente analizó, es "que suceda la historia del pastorcito y el lobo". Es decir, que se minimicen los riesgos de este tipo de alertas pensando siempre en bromas estudiantiles y que alguna vez algún hecho resulte de peligro real. De todos modos, en todos los casos las instituciones evacúan y activan el protocolo de seguridad. De hecho, ante la gran cantidad de llamados, hace tres años las autoridades del Politécnico determinaron que “una vez chequeadas las instalaciones libres de explosivos, se vuelva a la cursada normal”. Es decir, no se suspenden las actividades, como para desalentar este tipo de llamados, ya que no cumplen con su fin de interrumpir las clases o los examenes previstos.