Un estudio sobre mujeres embarazadas que se atendieron en el Hospital Centenario en el último lustro llamó la atención a las autoridades sanitarias debido a la cantidad de ellas a las que se les detectó haber consumido drogas durante la gestación, entre el 20 y 30 por ciento de ese grupo de pacientes obstétricas. 

Un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la UNR relevó los casos de cientos de mujeres que pasaron por el servicio de Obstetricia entre 2013 y 2017 en el centro médico de Urquiza al 3100. Y resultó que, en promedio, unas treinta pacientes al mes fueron derivadas a realizarse análisis específicos sobre consumo de estupefacientes. Hubo picos como el registrado a mediados de 2014, cuando la proporción de embarazadas consumidoras de cocaína o marihuana llegó al 45 por ciento del total de pacientes. Ese índice nunca bajó del 10 por ciento, precisaron fuentes de esa comunidad científica.

Los investigadores Cintia Konjuh, Lorena Micucci, Arístides Pochettino y Héctor Ricardo Girolami trabajan en el laboratorio de Toxicología del Hospital Centenario, donde llevan adelante el proyecto de investigación denominado "Detección de metabolitos de cocaína y marihuana en muestras de orina derivadas de los servicios de obstetricia y neonatología del Hospital Provincial del Centenario". Su trabajo comenzó en 2010, cuando detectaron que el pedido de análisis de los médicos encargados de obstetricia o de neonatología iba en aumento: “Recibimos muestras del hospital como de otros sectores, y empezamos a ver que los estudios nos arrojaban altos porcentajes de muestras positivas, y era llamativa la cantidad de positivos en cocaína y marihuana", comentó Konjuh.

La idea del proyecto, ya en 2013, era someter a estudios a todas las embarazadas que se atienden en el hospital, y no sólo limitarse a las mujeres sobre quienes los médicos encargan esa clase de análisis. Pero hacerlo con cierta premura. "Hay un tiempo corto en el que da positivo, tanto en la madre como en el bebé, y en el caso de la cocaína es entre uno y tres días en la madre, y en el niño es más acotado”, explicó. Es decir, la madre debe haber consumido como mucho tres días antes para que dé un resultado positivo, y si fue antes, ese dato se habrá perdido.

"Por eso surgió la idea de hacer la muestra del meconio (la deposición intrauterina del bebé), porque éste se empieza a formar desde el primer trimestre de embarazo y se puede registrar todo lo que el bebé fue consumiendo a partir de ese momento", detalló Konjuh.

Para el proyecto se tomaron los resultados de muestras realizadas entre 2013 y 2016, tanto en madres como en bebés recién nacidos. En los análisis se buscan metabolitos, que son totalmente diferentes entre cocaína y marihuana, entonces se puede observar el tipo de consumo.  “En general, los mayores resultados positivos se dan en cocaína, algo que sorprende porque el tiempo de detección es muy corto. Los lapsos de la marihuana son más amplios, por el tipo de estructura que tiene", profundizó la investigadora.

Alerta salud pública

En resultados presentados previamente durante el período comprendido entre abril de 2010 y julio de 2014, de 61 muestras de orina de parturientas analizadas resultaron 26 positivas para cocaína y 6 para marihuana, mientras que de 61 muestras de recién nacidos, resultaron 19 positivas para cocaína. "En estas pequeñas muestras, entre un 30 y un 40 por ciento son positivas. Es un índice alto, ya que se supone que en el embarazo la madre se cuida para proteger la vida del bebé”, remarcó.

Cabe destacar que los resultados obtenidos no corresponden a todos los nacimientos atendidos en el Hospital, sino a las muestras remitidas de acuerdo con el criterio médico, pero “la idea a futuro es que los médicos de todos los centros de salud y hospitales públicos nos manden las muestras de pacientes, ya sea que sospechen o no del consumo. Y si es posible también hacerle una encuesta a la madre para conocer sus hábitos", propuso Konjuh.

El problema es que para hacer ese tipo de estudios se necesita una máquina especial con la que el equipo no cuenta aún. “Nuestra idea es poder adquirir los instrumentos específicos con el financiamiento de distintas convocatorias en la que hemos participado", aseguró la investigadora de la UNR.

Si la licitación del equipo sale como tienen previsto, para noviembre contarán con ese sistema más ágil, un modelo alemán que será comprado por el Gobierno provincial con un alto costo en dólares, ya que su fabricación no es nacional.

El aparato, que será comprado en Buenos Aires, tiene similitudes con el de detección de narcolemia que se utiliza para el control de tránsito, y detecta diversos consumos, además de drogas ilegales, fármacos e inclusive calmantes, que también tiene  efectos adversos sobre los bebés, por lo que una vez diagnosticados, los doctores podrán dar un tratamiento para desintoxicarlos.

 

Las consecuencias de consumir drogas durante el embarazo

La exposición prenatal a sustancias aumenta el riesgo de complicaciones obstétricas y tiene graves consecuencias, no sólo en el desarrollo del feto, sino también del niño durante las etapas posteriores de la vida.

Los trabajos realizados demuestran que algunas de las consecuencias de esta conducta son: problemas de placenta, restricción de crecimiento del feto, alteración de sus funciones neurológicas, nacimiento prematuro, bajo peso e internación de la madre más tiempo de lo normal", precisó Konjuh.