"Vómitos, diarrea y fiebre", la frase se repite una y otra vez en las guardias de los hospitales y sanatorios de la ciudad. La llegada de la primavera propició la aparición de enfermedades vinculadas con las altas temperaturas, como la gastroenteritis.

Aunque es habitual en estas épocas de calor el surgimiento de casos de infecciones intestinales, algunas veces se empiezan a popularizar argumentos falsos para explicar ciertas afecciones. "Por la bajante del río, el agua viene de mala calidad", fue uno de los dichos que se viralizó en los últimos días, en diferentes grupos de whatsapp y se convirtió casi en una verdad absoluta. Sin embargo, la curiosa justificación por los reiterados cuadros de gastroenteritis es un mito.

"La bajante del río Paraná no afecta en nada la calidad del agua potable", aseguró Guillermo Lanfranco, gerente de Relaciones Institucionales de Aguas Santafesinas, en diálogo con Rosarioplus.com.

El vocero de Assa afirmó que el descenso el nivel del afluente no condiciona ni la captación ni la calidad del líquido. "Las condiciones del río siguen siendo las mismas, no se alteran. No es más turbia el agua, no arrastra basura, no se modifica ningún elemento original del agua cruda", señaló.

Los controles de calidad de agua que lleva adelante la empresa abarcan todas las etapas del tratamiento de potabilización, comenzando por el agua cruda, luego en las etapas de tratamiento y a la salida de las plantas potabilizadoras o centros de distribución. La vigilancia de la calidad se extiende a todo el recorrido de las redes de agua.

"El agua de red es controlada constantemente, tenemos parámetros muchísimo más exigentes que las aguas envasadas", indicó Lanfranco y agregó: "El agua de la canilla es la más conveniente para el consumo humano, porque es la más natural, cercana y con más controles".

Aguas Santafesinas lleva todos los días mil litros de agua potable a cada hogar de Rosario y la región, a través de un proceso de potabilización y distribución que tarde aproximadamente cuatro horas (desde que el líquido es captado del río hasta que llega a la canilla de la cocina o el baño).

"La bajante no altera las características físicas y orgánicas del agua del río y por lo tanto del agua que nosotros distribuimos ya potable", insistió el gerente de Relaciones Institucionales.