Michael Best es un "activista digital" más que un hacker, que se dedica a trabajar por la información libre. Es por eso que, apenas descubrió un hueco en el sistema, decidió liberar más de 3400 ejemplares de la revista Time, una de las más populares y prestigiosas del mundo entero. 

Técnicamente, no tuvo que hackear nada, ya que no fue necesario sortear ningún sistema de seguridad (acción a la cual se conoce como "hackeo"). Simplemente, notó que los escaneos de la versión impresa de la revista (que en el sitio web sólo están disponible para abonados) no estaban tan bien protegidos y se podía acceder a las URLs. Entonces, utilizó una aplicación llamada Down Them All para poder descargarlas automáticamente y después las subió a la red para que cualquiera tuviera acceso.

El dump (como se le dice a la liberación de información a través de Internet) pesa nada menos que 97GB, tiene 3.471 números de TIME (unas 340.000 páginas) que van desde 1923 a 2015. El muchacho publica toda la información que recolecta en un sitio que él mismo creó llamado That 1 Archive. Ojo a los curiosos, que allí además de encontrar casi toda la historia de publicación de la Time, puede encontrar información confidencial del gobierno de Estados Unidos y la CIA.

Activistas como Best se dedican a este tipo de acciones porque están convencidos de que toda la información debe ser libre, siempre. Por eso buscan liberar desde datos secretos de los gobiernos del mundo hasta publicaciones periodísticas. En esta oportunidad, consideró que el contenido de la Time podría ser de mucha utilidad para personas que no tienen los medios para pagarla, sobre todo estudiantes o académicos.

El caso recuerda y homenajea a Aaron Swartz, un activista que liberó publicaciones académicas del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) con la intención de hacerlas públicas a toda la comunidad estudiantil, y fue condenado penalmente por el hecho. Luego de recibir la pena de 35 años de prisión, Swartz terminó con su vida convirtiéndose en un mártir de los luchadores de la información libre. Su historia fue contada en el documental The Internet's Own Boy y reabrió los debates sobre este tipo de juicios y casos como el Wikileaks.