En febrero de 2004 nació Facebook en la Universidad de Harvard, y desde entonces la red social ha madurado, evolucionado y cambiado tanto su funcionamiento como su planteamiento para aspirar a una sociedad global y conectada.

En esta adolescencia que vive Facebook, sus tentáculos van más allá de la plataforma original y su estrategia pasa ahora por abarcar mucho más que publicaciones de amigos y conocidos: cuenta con un chat adicional, una red social de fotografía y la aplicación de mensajería más usada en Occidente.

Messenger, Instagram y WhatsApp se han convertido en cruciales en la hoja de ruta de la empresa, sin embargo sus aspiraciones son aún mayores con iniciativas como Oculus, Portal o Calibra.

Todos los nuevos proyectos que emprende Facebook se ven lastrados por el mismo handicap: la credibilidad. Escándalos de filtración de datos (como Cambridge Analytica) y acceso de terceros a información de sus usuarios han hecho que no sean pocos los que desconfíen de las nuevas iniciativas que proponen desde Palo Alto.

Buscando credibilidad

Hasta ahora, uno de los grandes principales negocios de Facebook era compartir ciertos datos con terceras empresas para venderles anuncios, una dinámica que está restringiendo para lograr credibilidad de los usuarios y que éstos vuelvan a confiar en los servicios de la empresa. Esta credibilidad es esencial para las nuevos servicios de Facebook, empezando por Calibra, su proyecto de moneda virtual.

Como ejemplo, Facebook habilitó a finales de enero una herramienta que permite borrar el historial de seguimiento que la compañía tenía de los usuarios, de este modo se evitan los anuncios que saben demasiado del usuario. Un paso significativo que se debe tomar como toda una declaración de intenciones del cambio de rumbo que ha dado la compañía en los últimos meses.

"Uno de nuestros principales objetivos para la próxima década es construir protecciones de privacidad mucho más fuertes para todos en Facebook. Sabemos que tenemos mucho trabajo por hacer aquí, por lo que esta es una prioridad para nuestros equipos y para mí personalmente", explicaba el propio Mark Zuckerberg a través de un post en el blog corporativo.

Zuckerberg ha pasado de ser pasivo y dejar que los usuarios investiguen cómo blindar su perfil, a ser activo y que sea la propia compañía la que le anima a hacerlo. Tanto es así, que durante el mes de febrero mostrarán avisos a unos 2.000 millones de usuarios "alentándolos a revisar su configuración de privacidad. El mensaje aparecerá en su News Feed y lo dirigirá a la herramienta de Verificación de privacidad, que actualizamos recientemente. Esto hace que sea aún más fácil ajustar quién puede ver sus publicaciones y la información de su perfil, fortalecer la seguridad de su cuenta activando las alertas de inicio de sesión y revisar la información que comparte con las aplicaciones en las que ha iniciado sesión en Facebook", indicó el cofundador, algo nunca visto en la historia de la empresa.

Adiós anuncios, hola pagos

Este ánimo de lograr la credibilidad golpea directamente a los anuncios, aunque Facebook tiene planes para monetizar sus aplicaciones por otras vías. La idea es que el usuario siga sin pagar por el servicio, aunque Facebook, Instagram o WhatsApp pasarán a ser canales comerciales en los que poder adquirir abiertamente bienes y servicios, un plan en el que cada plataforma se llevará un porcentaje.

Facebook se ha dado cuenta de que los usuarios prefiere comunicarse de forma privada, ante lo que ha decidido cambiar su enfoque para seguir rentabilizando los más de 2.200 millones de usuarios que acumula entre todas sus aplicaciones. Es por ello, que además de reforzar la privacidad de las conversaciones, Zuckerberg busca potenciar sus apps como plataformas de comercio electrónico.

"En todos nuestros servicios, el mayor crecimiento en la forma en que las personas se comunican sigue viniendo de mensajería privada, grupos pequeños e historias que desaparecen donde sus datos no se quedan para siempre. Hay mucho más por hacer aquí", reconocía la compañía a sus inversores la semana pasada.

El comercio y los pagos es otra área que será importante para la plataforma social privada pero también en todas sus aplicaciones, incluidas Facebook e Instagram. "Nuestro objetivo aquí es asegurarnos de que cada individuo tiene la misma oportunidad y acceso al mismo tipo de herramientas sofisticadas a las que históricamente solo las grandes empresas han tenido acceso. Eso es lo que defendemos", indicaba la empresa en un ánimo de hacer de Facebook la referencia que anime a digitalizarse a miles de comercios locales para llegar a usuarios cercanos.

En esta ecuación entra WhatsApp. La popularidad de la aplicación para charlar con nuestros contactos más cercanos no tendrá anuncios, pero sí que será la rampa de despegue de un mercado donde hablar con comercios y encargarles productos.

Zuckerberg reconocía que "un ejemplo en el que hemos estado trabajando es WhatsApp Payments" un método con el que los usuarios "pueden enviar dinero tan rápido y fácilmente como enviar una foto. Obtuvimos la aprobación para probar esto con un millón de personas en India en 2018, y cuando muchas de las personas lo usaban semana tras semana, sabíamos que iba a ser grande cuando llegar al lanzamiento. Estoy realmente entusiasmado con esto y espero que esto comience a implementarse en varios países y para que progresemos mucho aquí en los próximos seis meses", indicaba la empresa.

Este frente que se abre en WhatsApp es un nuevo camino a explorar con el uso de su propia moneda, Calibra, aunque de momento para verlo tocará esperar a la decisión de los reguladores y el respaldo que pueda tener el ambicioso proyecto de pagos.

En cualquier caso, el viraje de Facebook parece claro y, en su plena adolescencia, la red social se ha hecho mayor, ha madurado y es consciente de que tiene que empatizar con los usuarios para que vuelvan a confiar en ella y plantear nuevos proyectos con éxito.