La semana pasada, los ministros de Educación del país aprobaron por unanimidad el proyecto Secundaria 2030 , en el 84° Consejo Federal de Educación celebrado en San Fernando, Buenos Aires. La iniciativa pone en foco la organización de la escuela secundaria y, entre otras cosas, propone cambios a la hora de evaluar a los alumnos que comenzarían a ser implementados en 2019 de manera paulatina. Más allá del consenso entre funcionarios, los docentes privados  manifestaron un contundente rechazo al plan y criticaron que no se les haya dado participación en la decisión. Se declararon en estado de alerta.

La secretaria general de Sadop a nivel nacional, María Lazzaro, remarcó que “el gremio no es refractario a debatir transformaciones que los beneficien, pero rechazan de plano que sean fruto de imposiciones unilaterales e inconsultas".

A ese mensaje se plegó Martín Lucero, de Sadop Rosario, quien en diálogo con Rosarioplus.com señaló que “no se puede construir política pública sin la participación de los gremios”. “Es un error del gobierno nacional que repite el gobierno provincial. No se puede tomar semejante decisión sin todos los sectores adentro”, protestó.

Sadop indicó que un grupo de investigadores, académicos y profesores ya expresó de modo sintético la mirada gremial sobre el proyecto, que prescinde de "un diagnóstico integral de la situación educativa, sus principales falencias, tensiones y capacidades y sobrevalora la función de la tecnología digital, además de desdibujar el rol de docentes y estudiantes y concebir la enseñanza de un modo que limita el abordaje de las complejidades del conocimiento y su construcción en la escuela", añadieron.

Consideraron, además, que "tampoco contempla los perjuicios del sobreuso de la tecnología digital para el desarrollo saludable e integral de los estudiantes; prescinde del carácter corporizado, situado y diverso del aprendizaje y la enseñanza; banaliza y confunde al formular los campos y orígenes de los conocimientos; carece de perspectiva histórica y promueve una visión de progreso acrítica y formula una propuesta educativa propia de la mercadotecnia", ampliaron desde el gremio.

Para los dirigentes de la educación privada, el proyecto elige productos de marcas definidas sobre los que se asientan la propuesta y las guías didácticas y concluyeron que "el impacto de una propuesta de transformación de la escuela secundaria hacia 2030 es una definición sobre el proyecto de país deseado para las próximas generaciones, por lo que se impone la consulta, el diálogo y el consenso, todo lo cual no existió".

El proyecto

Secundaria 2030 establece cuatro ejes principales que las provincias acordaron seguir sobre la base de sus propios planes estratégicos que deberán ser presentados al gobierno nacional durante todo el año próximo con el 1 de noviembre como fecha límite.

La iniciativa establece un aprendizaje en base a proyectos, la organización del trabajo docente, la formación de los maestros y cambios a la hora de evaluar a los alumnos.

Otro punto es agrupar en una sola escuela las horas cátedra que los maestros tienen desparramadas por diversos colegios con el objetivo de eliminar el concepto de "profesor taxi".

Y en cuanto a la evaluación del alumno, se propone desterrar la nota e ir en formas paulatina a otras variantes como evaluar a los estudiantes por materia o por acumulación de créditos.

Finalmente Secundaria 2030 plantea la figura de “prácticas educativas en la comunidad” para los alumnos, y desde Educación aclararon que no se trata de las prácticas profesionalizantes que aplican los colegios técnicos. Los alumnos de último año de bachilleres, orientados y evaluados por sus docentes, deberán colaborar en empresas u ONGs tras el objetivo de aplicar los conocimientos en la práctica. Pese a que depende de cada jurisdicción, se plantean 60 horas cátedra (40 horas reloj) de extensión del aprendizaje fuera de las aulas.