Aunque muchos le dijeron que era una completa pérdida de tiempo, un estudiante nigeriano lidió con las críticas de su entorno y logró concretar su proyecto con poco dinero y mucha chatarra.

De este modo logró convertir su viejo Volkswagen escarabajo en un automóvil sustentable, al usar energía solar y eólica para su funcionamiento, energías que abundan en el clima extremo de Nigeria.

La modernización la hizo equipando a su viejo auto con un panel solar gigante en el techo y una turbina de viento bajo el capó, con la que aprovecha la circulación de aire mientras el coche está en movimiento. La batería tarda de cuatro a cinco horas en cargar, lo que reduce su uso, pero el coche está todavía en las primeras etapas de diseño.

El prototipo está en marcha y la idea de este muchacho es continuar con el desarrollo del mismo una vez que termine sus exámenes, para finalmente convertir a este viejo escarabajo en el “auto nigeriano del futuro”.