El fundador de Microsoft, Bill Gates, presentó en Pekín su apuesta para hacer frente a la crisis mundial de saneamiento: un inodoro que no necesita agua ni conectarse a ningún sistema de depuración para funcionar y que transforma los desechos humanos en fertilizantes.

El multimillonario mostró este novedoso modelo al público en una exhibición que se celebra en Pekín para mostrar los últimos avances tecnológicos de saneamiento para "reinventar los inodoros" y acelerar su adopción y comercialización.

Algunos de estos retretes ya están siendo probados en la ciudad sudafricana de Durban, donde también se están poniendo en marcha otros modelos que se alimentan de energía solar, explicó Gates en un vídeo difundido en su cuenta oficial de Twitter. 

La rápida expansión de estos nuevos productos y sistemas de saneamiento que no necesitan conectarse a ninguna red podrían reducir drásticamente el número de muertes y el impacto de la falta de higiene en la salud de la población en los países más pobres.

Gates mostró durante la presentación un tarro lleno de heces para explicar que los desechos humanos pueden provocar enfermedades como la diarrea o el cólera, que ya causan cerca de 500.000 muertes de niños menores de cinco años cada año en todo el mundo, debido a enfermedades derivadas de esta falta de higiene.

La fundación Bill y Melinda Gates, que ha invertido más de 200 millones de dólares ( 175 millones de euros) desde 2011 para reinventar los inodoros, prometió durante el encuentro invertir otros 200 millones para lograrlo.

Según los últimos datos de la ONU, el 60 % de la población mundial no cuenta con instalaciones sanitarias adecuadas y casi 900 millones de personas en el planeta se ven obligadas a defecar al aire libre por no tener acceso a un aseo. 

 

EFE