Un grupo de entusiastas kayakistas remaba por el río, a la altura de Granadero Baigorria, cuando uno de ellos detectó un yacaré que nadaba en pleno cauce, alejado del humedal donde tiene su hábitat y en el que suele mantenerse alejado de toda presencia humana. Por eso sorprendió su aparición muy cerca de los kayaks.

Uno de los navegantes atinó a fotografiar al primo criollo del cocodrilo. 

Por la crecida que experimenta el Paraná en esta temporada se ha visto todo tipo de animales de los humedales que salen a la superficie y se aventuran por la costa, o incluso contra su voluntad, a bordo de camalotes que se desprenden de la ribera.

Faltaba un yacaré, y esta vez, este grupo de kayakistas tuvo el privilegio de verlo en vivo y en directo.

El yacaré es un reptil que puede pesar unos 55 kilos y medir 2,10 metros de largo. Su boca está armada de una impresionante dentadura ubicada en un hocico corto y ancho de bordes redondeados. El cuerpo es verde oliváceo, salpicado de manchas y rayas oscuras y amarillentas en el lomo. Tiene una poderosa cola articulada que presenta una cresta dorsal. Hacen mal quienes lo confunden con un cocodrilo.

Entre sus enemigos naturales, sólo el yaguareté se atreve a atacarlos, pero los yacarés tienen otro enemigo: el hombre. El cuero de este animal se ha utilizado desde hace muchos años en la industria del calzado y otras actividades, por lo cual se lo ha diezmado.