Otra polémica de esas que pone en conflicto la tecnología y las fuentes de empleo. Un servicio de correos suizo, el Swiss Post, decidió incorporar a su plantel una flotilla de robots voladores, drones, para reforzar sus envíos de encomiendas de pequeño porte.

Estos pequeños carteros voladores empezarán a surcar el aire helvético a partir de setiembre, y la empresa afirma que complementará el trabajo de los carteros humanos. ""En el futuro, los robots repartidores podrían complementar las actuales soluciones logísticas de entrega y completar la última milla que actualmente no es cubierta por los repartidores de correspondencia", explicó la compañía en un comunicado.

La experiencia se desarrollará en fase de ensayo durante tres años, y si resulta exitosa luego entonces se extenderá y los drones habrán ganado otra utilidad que será convenientemente comercializada por sus fabricantes. Para el caso del servicio postal suizo, las máquinas empezarán a volar en un distrito de la capital, Berna, y en un pueblo llamado Biberist. 

Prevén asignarle a estos bólidos encomiendas de bajo peso, diez kilos como máximo hasta no más de seis kilómetros. Alimentos y medicamentos a domicilio podrían entrar en estos cánones.

Según Swiss Post, el robot se desplazará de forma autónoma hasta su destino y estará programado para evitar obstáculos y puntos de peligro. Su funcionamiento se realizará mediante la combinación de un sistema de navegación —para determinar posiciones— y de un sistema de reconocimiento visual del entorno, mediante el uso de cámaras. En caso de dudas o de lugares especialmente difíciles, un operador remoto tomará a distancia el control del robot, pero "con cada viaje el robot repartidor aprenderá algo nuevo y esto aumentará su autonomía", señaló la entidad. Durante el período de prueba, estos robots estarán acompañados por una persona que reunirá toda la información posible sobre su funcionamiento.

(EFE)