El amanecer de sábado se presentaba pleno para una jornada ideal de verano, con un cielo azul despejado y hasta una luna que no quiso irse a dormir. Pero el pronóstico oficial advierte, y mejor prevenir que curar, que el cielo tiene dos caras, y la tarde vendrá con nubes, y hasta quién dice algún chaparrón.

Con una temperatura mínima de 18 grados que temprano se sentían, la máxima será de 35, con una humedad de 79 por ciento a considerar.

Sea cual fuere el destino del día, con nubes o gotas, o permanezca el cielo azul, tereré a mano, la apuesta es a disfrutar del calor como si el año no hubiera comenzado.