La Justicia rechazó un amparo presentado por una industria pyme rosarina contra el elevado costo de la energía eléctrica, y fue la gota que rebalsó el vaso. Ahora la empresa -se trata de la fábrica de cromados Metalkrom, en Pasco al 1200- ha decidido encarar una reestructuración que incluye el despido de trabajadores. La firma, con 55 años de trayectoria y una cartera de 900 clientes, emplea a 31 personas. Su dueño, Lisandro Dippe -hijo de uno de los fundadores- se declaró apesadumbrado por la situación y apuntó a un cóctel de factores que lo embretaron hacia esta decisión, la política de apertura de importaciones indiscriminada es una de las variables más influyentes. Según el empresario, por esa razón su facturación se derrumbó un 50 por ciento en los últimos meses. Pero también la factura de la luz ha sido un golpe duro: la última boleta de la EPE es de 185 mil pesos, y se acumula a una deuda de alrededor de 3 millones de pesos.

La jueza en lo Civil y Comercial nº 5, Lucrecia Mantello,  dictó la inadmisibilidad del recurso de amparo "contra el tarifazo eléctrico de la EPE,  presentado por la pyme Metalkrom SRL. Si bien tal medida será apelada,  esta dilación del juicio obliga a dicha pyme reducir su plantel de trabajadores,  para hacer frente al pago de las facturas de la EPE y no tener que cerrar sus puertas en forma definitiva", reveló el abogado de la Multisectorial contra los Tarifazos, Juan Alcaraz, que patrocina a la fábrica en este trámite.

El dueño de Metalkrom confirmó el dato: "Habrá que prescindir de gente, lo cual es muy doloroso, porque somos una empresa de 31 empleados, pero no puedo sostener esta estructura en estas condiciones, y para no bajar la persiana y seguir subsistiendo encararemos una reestructuración. La ministra de Producción, Alicia Ciciliani, nos prometió un plan de acción para preservar la fuente laboral", contó. 

Dippe descontó que apelará el fallo adverso de la jueza Mantello, pero también señaló otras acciones como encarar una modernización tecnológica con ayuda del Estado provincial, relocalizar la empresa afincada en barrio del Abasto y, también, reducir personal. 

"No hay un solo culpable, pero lo más influyente es la política económica nacional -agregó el empresario- porque tenemos insumos en dólares, porque la apertura de importación habilitó el ingreso de barras cromadas de países con energía subsidiada como Brasil, también desde Rumania y Turquía. Este es un rubro electrodependiente. Mi estructura de costos me impide competir con eso. La facturación cayó a la mitad desde entonces. Y golpeé varias puertas en el gobierno nacional y me confirmaron que no tienen ninguna herramienta para salvar a mi pyme", describió el titular de Metalkrom.

"Yo quiero seguir produciendo, pero pagando los impuestos, los servicios, que la ecuación permita hacerlo sin fundirse. Ahora habrá que tomar una determinación muy dura, ya lo habíamos avisado hace bastante", concluyó Dippe.