Los detenidos en la cárcel de Coronda se encuentran desde la semana pasada en huelga de actividades intramuros, como forma de protestar contra una resolución del gobierno provincial que modificó el sistema de calificación de conductas y redundaría en un endurecimiento de condiciones para librar salidas transitorias.

La protesta fue iniciada el martes pasado y consiste en que los convictos de la Unidad Penitenciaria Nº 1 se rehusan a participar de los talleres de oficios, la limpieza de los pabellones y la cocina del penal.

La medida resistida es el decreto provincial 4127/16. Según la referente de la Coordinadora de Trabajo Carcelario Lilian Echegoy, el agravamiento de las restricciones deriva en "la extensión de la pena hacia las visitas que nada tienen que ver con el delito cometido por los presos".

Desde el Ministerio de Seguridad se explicó que la resolución obedece a un "cambio de paradigma" con el que se pretende evaluar al detenido a partir del delito que haya cometido: según su gravedad, se establece la flexibilidad o no de la decisión a la hora de asignarle puntaje a su conducta para una futura excarcelación transitoria. 

La modificación se da en un contexto estremecido por el reciente femicidio de Micaela García, cometido por un joven que había sido liberado antes de cumplir su condena por abuso sexual, a pesar de que había informes que desaconsejaban su excarcelación prematura.