Un grupo de convictos alojado en la Unidad Penal Nº1 de Coronda atacó a puñaladas a un detenido que comparte pabellón con ellos, y lo dejó al borde de la muerte. El motivo habría sido la negativa del preso a obligar a su esposa a que ingrese de manera furtiva una de las piezas de una pistola que se estaría ensamblando en ese pabellón, en el marco de un plan de fuga que por estas horas ya es materia de investigación judicial.

Los autores de la emboscada, ocurrida este jueves por la tarde, son del mismo grupo de presos que en mayo pasado se fugó en la autopista a Santa Fe, luego de reducir a los guardiacárceles que los trasladaban desde Tribunales hasta el presidio de Coronda. 

David, de 33 años, un detenido que habita el pabellón nº 8 de la mayor cárcel santafesina, quedó a merced de un grupo numeroso de compañeros de reclusión, que lo atacaron a golpes y puñaladas en el patio común del pabellón, después del almuerzo y en un momento de apertura de celdas.

Para cuando los agentes del Servicio Penitenciario lograron disuadir la agresión, el preso ya estaba muy malherido. Tenía varios puntazos de faca (arma blanca rudimentaria, de fabricación carcelaria) en el torso y la cabeza. Fue rescatado y derivado al hospital José María Cullen, de Santa Fe, en grave estado. 

Según pudo saber Rosarioplus.com, el ataque se fundó en el pedido con el que algunos compañeros de encierro venían insistiéndole a David: que les hiciera llegar desde el exterior una pieza metálica para completar una pistola que están armando a escondidas. La forma de ingresar clandestinamente ese objeto tenía que ser a través de su esposa, durante su visita semanal.

David se negó a ese pedido, y volvió a negarse. No quiso exponer a su compañera a ese riesgo, incluso porque él lleva ya 8 años cumplidos sobre una pena de 12 por un homicidio. Como su liberación está cerca, se negó a arriesgarla y eso le valió la criminal represalia de sus compañeros de pabellón, explicó Martín Mazzeo, su abogado defensor.

Quienes atacaron a David son algunos del grupo de nueve reclusos que el 8 de mayo de este año protagonizaron una resonante fuga a mano armada mientras eran trasladados en un camión del Servicio Penitenciario por la autopista Brigadier López.

Eran trece reos a los que el SPP había traído hasta los Tribunales rosarinos para que tomaran contacto con familiares. De regreso a prisión, uno de ellos encendió un cigarrillo dentro del vehículo. Uno de los carceleros de custodia lo reprendió y le exigió que lo apagara, y para ello abrió una puerta interna. La acción fue aprovechada por el resto, que se amotinó y pronto redujo a los guardias. Se apoderaron de armas, cruzaron disparos y enseguida nueve de los presos se esfumaron por las afueras de Granadero Baigorria. Hubo cinco detenidos que no quisieron escapar y permanecieron dentro del camión.

La Justicia llegó a imputar entonces a policías por presunta complicidad para facilitar las cosas para la evasión

Con el transcurrir de los meses, todos los fugitivos fueron recapturados. Lo curioso es que fueron alojados todos juntos en el pabellón 8.

A partir de la agresión al detenido David, salió a la luz que estaban armando una pistola mediante el ingreso en modo hormiga de las piezas, a través de las visitas.

El abogado Mazzeo presentó en Fiscalía de Rosario un hábeas corpus por la situación de su defendido, en riesgo de muerte. A la par, se abrió la investigación sobre el posible intento de fuga que estaba en marcha.