Lionel Messi celebra sus 33 años con un nivel que lo mantiene en la élite del fútbol mundial, aunque sin el esplendor de otras épocas, no solo en lo personal sino de manera colectiva. Por primera vez en su trayectoria, cumplió años en una cancha en el triunfo del Barcelona que lo dejó en la punta de la Liga, pero que evidenció más dudas que certezas en el equipo culé.

Lo cierto es que el presente lo tiene más capitán que nunca en Barcelona. El equipo depende de él en todo momento. Si Messi no frota la lámpara, las chances de triunfo disminuyen. La sensación es que Messi, a diferencia de períodos anteriores, está solo. Sin socios en el juego como lo fueron Andrés Iniesta, Xavi, Dani Alves o Neymar.

Messi integró y lideró formaciones memorables de Barcelona de la mano de Josep Guardiola o Luis Enrique. Ese poderío ofensivo no es el mismo, el juego colectivo vistoso se perdió y solo los intentos obstinados del rosarino parecen la única salida. A Luis Suárez le cuesta el regreso después de la lesión y Antoine Griezmann no encaja.

A pesar de los 33, Messi va. Su condición física es impecable, pero está claro que desde hace unos años su forma de juego cambió. El panorama, pases en profundidad y justeza en los tiros libres en lugar de la explosión en el arranque. La sapiencia por encima de la velocidad y la intuición.

El Messi de hoy tiene más roces con los dirigentes, discute más y ya no oculta sus emociones ¿Quién no recuerda las lágrimas incontenibles en la final de la Copa América de 2016? Incluso canta el himno en la previa de un partido, discute, putea y puede irse a la manos si es necesario.

Con Barcelona, su único club hasta aquí, ganó todo lo que se propuso. Desde la liga española hasta el Mundial de Clubes pasando por la Liga de Campeones de Europa. Es el máximo goleador histórico de su club y en el Supeclásico con Real Madrid, contabiliza 250 asistencias y alzó seis veces el Balón de Oro, entre varios logros colectivos e individuales, pero siempre va por más.

En octubre del año pasado dijo que descubrirá con el paso del tiempo cuánto hilo le queda en el carretel. A veces cree que tiene 25 años para hacer las mismas cosas de entonces, pero el cuerpo manda y el cuidado se intensifica. Su figura aún luce y maravilla al mundo ppor m´´as que el equipo no sea el número uno del mundo como años anteriores. Está tan vigente como el sueño "albiceleste" de cada año y Messi sabe todo eso mejor que nadie. (Télam)