El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, estuvo menos de una hora en el cargo de jefe de Gabinete del gobierno de Dilma Rousseff.

El juez de Brasilia Itagiba Cata Preta Neto emitió este jueves un dictamen con el que se impone al decreto del Ejecutivo y suspende la designación, que la oposición brasileña consideró una maniobra para dotar de fueros a Lula y blindarlo ante la ofensiva judicial que lo involucra en el escándalo de sobornos "Petrolao".

La medida judicial suma voltaje y temperatura al clima político que vive el país vecino. La decisión de la presidenta de nominar a Lula en su equipo recibió muchas críticas ante la sospecha de que lo hizo para proteger a su antecesor de una casi segura citación de la Justicia. 

La designación se hizo esta mañana en un clima de mucha efervescencia, con manifestantes de una y otra extracción, divididos por un fuerte cordón policial en los alrededores del Palacio del Planalto, sede de gobierno. Cuando Rousseff le tomó juramento a Lula, levantaron los brazos y sus adeptos gritaron "¡No habrá golpe!". Pero cuando Dilma empezó su discurso, se coló un militante opositor que llegó hasta el centro de la escena y gritó "¡Vergüenza!" en la cara de la mandataria.