Nuestra ciudad fue una vez más escenario de ataques coordinados y certeros contra los edificios donde se administra Justicia. Por lo menos ocho impactos de bala en dos puertas de los Tribunales de calle Balcarce y otros tantos en el Centro de Justicia Penal. La madrugada es cómplice y el amanecer nos encuentra – de nuevo- llenos de noticias, comunicados y declaraciones, también cómplices.

No es sólo una mano la que empuña la pistola nueve milímetros, y el acelerador. Nos llenarán de allanamientos, y encontrarán – con suerte- a la última mano. Pero hubo otras antes: la del funcionario policial corrupto y permisivo, la del político con cara de pesquisa y declaración tibia, y la de todos aquellos que sostienen una y otra vez a personas y políticas de seguridad fracasadas. Más de una decena de ataques similares, más de 100 balas disparadas… ¿Qué más falta?

Es hora de que se hagan cargo. Hacerse cargo que adentro de ese edificio caminamos todas y todos, todos los días. Vos, yo, tus clientes, tu familia, tu tía jueza, tu amigo empleado.

Ese edificio no es solo cemento y vidrio. Es un símbolo del poder del estado. Ese mismo símbolo que en la misma mañana que le meten ocho tiros, mandan a limpiar las paredes donde las pibas manifestaron su descontento con una justicia machista y patriarcal. La desidia del Estado las está matando, y la desidia del Estado carga la pistola cuya pólvora del terror explota contra el mismo edificio donde las están matando. Y limpiamos las paredes. Pero no protegemos. Limpiamos las paredes pero no nos cuidamos.

Exigimos prevención. Exigimos respuestas. Exigimos seguridad.

 

* Somos una agrupación de abogadas y abogados rosarinxs que nos ocupamos día a día por mejorar la realidad en la que nos insertamos. Abrazamos como colectivo las banderas de una abogacía plural, digna e inclusiva, y luchamos por una efectiva justicia social.