El presidente estadounidense, Donald Trump enfrenta una repentina crisis política a partir de la revelación de supuestos vínculos de su equipo de campaña con la diplomacia rusa. El mandatario lo atribuyó a una "caza de brujas" y se mostró confiado que la "investigación exhaustiva" que llevará adelante el ex director del FBI Robert Mueller, probará la ausencia de nexos entre su campaña y el Kremlin.

Apelando una vez más a las redes sociales como el canal para sentar posición, Trump aseguró que el escándalo desatado por los presuntos contactos entre republicanos y Rusia es en realidad "la mayor caza de brujas de la historia política de los Estados Unidos". 

Desde su perfil oficial en Twitter, el mandatario cuestionó que "con todos los actos ilegales que hubo durante la campaña de (Hillary) Clinton y la administración de Obama, nunca fue nombrado Consejero Jurídico especial!", en abierta referencia a la designación por parte de su gobierno del ex director del FBI Robert Mueller.

Este especialista en seguridad, que encabezó durante 12 años el principal organismo de investigación criminal interna, fue colocado ayer al frente de la investigación que busca aclarar si existieron comunicaciones secretas con Moscú y si el magnate despidió al sucesor de Mueller para encubrir este vínculo. 

Horas después de la designación del flamante fiscal general, Trump difundió un comunicado oficial con el que buscó enfriar la ofensiva demócrata y se mostró confiado en que "una investigación exhaustiva confirmará lo que ya sabemos: no hubo acuerdos entre mi campaña y ningún organismo extranjero". "Espero que este asunto termine rápidamente. Mientras tanto, nunca dejaré de luchar por la gente y por los problemas que más importan para el futuro de nuestro país", añadió el presidente en la misiva.

La oposición demócrata lleva semanas pidiendo el nombramiento de un fiscal especial independiente para investigar los posibles vínculos entre la campaña de Trump y Rusia, pero la mayoría de los republicanos se habían mostrado hasta ahora contrarios a esa idea. En tanto, al anunciar la designación de Mueller, el vice fiscal Rod Rosenstein insistió en que "un fiscal especial es necesario para que el pueblo estadounidense tenga una confianza completa en el resultado" de la investigación.

"Mi decisión no es un hallazgo de que se han cometido delitos o de que una acusación está garantizada. No he llegado a semejante determinación", explicó entonces el vice fiscal general, en un comunicado en el que anunció el nombramiento de Mueller. Rosenstein deberá comparecer hoy ante el Senado para informar bajo qué circunstancias fue apartado la semana pasada de manera fulminante como director del FBI a James Comey, quien estaba al frente de las pesquisas sobre la supuesta injerencia rusa.

Estalló el escándalo

Lo cierto es que la polémica se reavivó este jueves, cuando la agencia de noticias Reuters informó que el ex asesor en Seguridad Nacional del gobierno de Donald Trump, Michael Flynn y otros integrantes de la campaña republicana mantuvieron contactos con funcionarios rusos y otros ligados al Kremlin a través de al menos 18 llamadas y correos electrónicos en los últimos siete meses de la carrera presidencial del 2016. Las comunicaciones, anteriormente no divulgadas, forman parte del registro que ahora está siendo revisado por investigadores del FBI y el Congreso que investigan la injerencia de Rusia en la campaña electoral y las elecciones presidenciales que llevaron a Trump a la Casa Blanca. 

Las fuentes que describieron a agencia británica los contactos dijeron que no habían visto ninguna evidencia de irregularidades o acuerdos entre la campaña de Trump y Rusia en las comunicaciones revisadas hasta el momento. 
Pero la divulgación de estas comunicaciones podría aumentar la presión sobre Trump y sus ayudantes para que proporcionen al FBI y al Congreso una descripción completa de sus interacciones con funcionarios rusos y otros ligados al Kremlin durante e inmediatamente después de las elecciones del 2016.
Durante una conferencia de prensa realizada en Nicosia, Chipre, donde se encuentra en visita oficial, el canciller ruso, Serguei Lavrov, consideró que las versiones de prensa sobre la entrega irregular de información reservada por parte del gobierno estadounidense sobre una amenaza del Estado Islámico vinculada al uso de computadoras en aviones, son meras "especulaciones". "Que yo recuerde, hace uno o dos meses el gobierno de Trump impuso un veto al transporte de portátiles desde siete países de Oriente Medio, y esto estaba conectado directamente a una amenaza terrorista", aseguró Lavrov, y añadió: "Si se refieren a eso, no veo el secreto por ninguna parte".
"Tengo la impresión de que muchos medios estadounidenses presentan los hechos como si estuviéramos todavía en los tiempos de la Unión Soviética", añadió y opinó que no hay nada de negativo en compartir informaciones relacionadas con el extremismo.
La polémica también llegó a la OTAN, cuando su secretario general, el danés Jens Stoltenberg, fue consultado sobre el escándalo y aseguró que mantiene la confianza en "todos los aliados".

"Aprecio mucho la cooperación que tenemos en la OTAN a la hora de compartir información y confío en todos los aliados", indicó Stoltenberg a su llegada al Consejo de ministros de Defensa de la Unión Europea, en Bélgica, donde participa como invitado. "Estoy totalmente convencido de que son capaces de compartir y manejar esta información bien. Lo hemos visto durante muchos años", remató buscando bajarle la tensión a un tema que promete continuar marcando la agenda política de Estados Unidos.