El programa Precios Cuidados se lanzó en enero de 2014 para atenuar el impacto de la inflación y contrarrestar el oportunismo de las grandes cadenas de supermercados a la hora de formar precios. “Sirve sobre todo para tener referencias, tomar conciencia y no pagar de más”, explicaron en su día los funcionarios nacionales que trabajaron en una iniciativa que empezó con un centenar de productos y en diciembre de 2015 llegó a tener más de 500.

El gobierno de Mauricio Macri continuó con el plan, pero introdujo modificaciones a las premisas centrales del acuerdo con las empresas. Un detallado informe del Centro de Economía y Política Argentina (Cepa) reveló que la oferta actual tiene menos alimentos, menos variedad, predominan las segundas marcas y no hay controles ni mecanismos de promoción.

El relevamiento remarcó, entre otras falencias, que existe una tendencia al reemplazo de productos líderes por productos con menos peso en el mercado, afectando así el principal objetivo del programa: acuerdos que oficien como precios de referencia. “Ya no es un conjunto de bienes que puedan servir de ancla para los precios, sino una canasta barata para pobres”, dice el informe.

Los alimentos y bebidas pasaron de representar el 67% a solamente un 57% del conjunto de los productos de la canasta. Algunos rubros, como las bebidas alcohólicas, directamente desaparecieron y otros disminuyeron considerablemente, como es el caso de los productos frescos. 

En octubre de 2015 el listado contemplaba 66 productos lácteos que ahora se redujeron a 45. Antes había 40 bebidas no alcohólicas y 14 bebidas alcohólicas, mientras que ahora hay sólo 27 bebidas no alcohólicas. En su día había 10 variedades de frutas y verduras y 10 cortes de carne vacuna, mientras que ahora hay 5 en ambos rubros.

En su momento, los productos de esta canasta llegaron a representar casi un 20% de las ventas de los supermercados. Ahora la cifra bajó a menos de un 5%.

La botella de Coca-Cola o el litro de leche "La Serenísima", por mencionar dos ejemplos de marcas líderes, eran productos emblemáticos del programa hace dos años. Ahora, dentro de las gaseosas, está la versión "Zero" de Coca-Cola, mientras que Mastellone reemplazó a "La Serenísima" por "Armonía", que tradicionalmente fue su segunda marca.

Según pudo averiguar Rosarioplus.com, este mismo panorama se observa hoy en los supermercados de Rosario, con acuerdos voluntarios entre las cadenas y las firmas, con menos establecimientos adheridos, menos productos y nulos controles.   

Marcos Aviano, presidente del Centro de Estudios Sociales y Acción Comunitaria (CESyAC), una de las entidades locales con más trayectoria en materia de defensa de los consumidores, explicó que la vigencia del programa se da más por “inercia que por un convencimiento de política de mercado interno”.

Los supermercados La Gallega, La Reina, Coto y Carrefour –los establecimientos que mes a mes releva CESyAC-- mantienen el programa en sus góndolas, pero con muy pocos productos. En diciembre de 2015 había una lista de 571 y ahora de 450, mucho de los cuales no se exhiben por la falta de multas a las empresas que incumplen la normativa.   

“La no obligatoriedad es lo primero que rompe la idea original del acuerdo, que no frenó la inflación pero sí generó al consumidor una consciencia distinta de cómo pararse frente a la góndola, que es muchísimo”, detalló Aviano.

A su juicio, se necesita una lista de mil artículos en las góndolas para que el consumidor tenga la referencia de un producto cada 25. "No solo no se amplió la lista del 2015 sino que fueron cayendo los productos. Los convenios que se firman ahora son voluntarios. Ahí es donde estamos mal y por eso tenemos cada vez menos productos y cada vez menos supermercados adheridos”, agregó. 

La desaparición de la publicidad, tanto estatal como privada, no es un tema menor, señaló Aviano, quien puso un ejemplo concreto sobre la mesa: “Por qué voy a gastar en publicidad si soy Marolio, por dar un ejemplo, que hasta la finalización del gobierno anterior tenía el 80% de sus productos en precios cuidados, si después los supermercados pueden elegir si quieren o no quieren los productos. Es básico”.

El aceite es uno de los faltantes del programa que más impacta en las compras de los rosarnos. Según el relevamiento de CESyAC, desde que este artículo salió de Precios Cuidados aumentó entre un 80 y 100%.

Para Aviano, el ejemplo de Precios Cuidados desnudó el pensamiento del gobierno en materia de precios: que los privados resuelvan sin la vigilancia del Estado.

“Pero cuando está en juego el morfi de los argentinos el Estado tiene que intervenir. Lo amparan las leyes. Si hay distorsiones, tiene que intervenir. Hasta ahora no intervinieron nunca, ni siquiera cuando pasó lo de la manteca. En aquella oportunidad el ministro de Agricultura (Ricardo) Buryaile dijo que si las empresas no querían fabricar, era una decisión que había que respetar”.

Aunque la problemática, concluyó Aviano, es más profunda. “La política de la Secretaria de Comercio de Nación “no es clara” porque quien ocupa el cargo, Miguel Braun, es un interesado en el negocio de los supermercados. Su familia es dueña de la cadena La Anónima.