Un hombre fue detenido este viernes en Alemania como presunto autor del reciente ataque con explosivos contra el plantel de futbolistas del club Borussia Dortmund, y fiscales sospechan que con su acción buscaba ganar dinero en operaciones financieras con acciones del club y que no tenía una motivación política.

Desde el ataque del martes pasado al colectivo del Dortmund, en el que resultó herido un jugador del club y un policía, la investigación continuaba sin un rumbo claro y con varias hipótesis abiertas, que iban del atentado islamista a acciones de mafias de apuestas ilegales, pasando por atentados de extremistas no islámicos. Sin embargo la reconstrucción de los hechos realizada por la Fiscalía permitió aclarar la secuencia de acontecimientos, y esta madrugada fue arrestado en las inmediaciones de Tubinga, en el sur de Alemania, Sergei W., un hombre de 28 años, de origen ruso alemán, informaron las agencia de noticias EFE y DPA.

De acuerdo con la información oficial suministrada por la Fiscalía en un comunicado, el acusado adquirió el mismo día del atentado, el 11 de abril, 15.000 opciones de compra de acciones del Dortmund, el único club de la Bundesliga alemana que cotiza en bolsa. 
Los valores tenían vigencia hasta el 17 de junio y el comprador especulaba -de acuerdo a la hipótesis de la Fiscalía- con una caída de la cotización de los valores como consecuencia de posibles jugadores heridos o muertos en el ataque que había preparado. Su ganancia -derivada de la diferencia entre la cotización en el momento de la venta y el precio pactado- hubiera podido llegar, según cálculos de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA) citados por los medios alemanes, a cerca de 4 millones de euros. Su objetivo, por lo tanto, habría sido matar al mayor número de jugadores posibles, lo que provocaría el pánico entre los accionistas.

El ataque fue cometido con tres artefactos explosivos activados a distancia al paso del colectivo que llevaba a los jugadores del Dortmund desde su hotel al estadio para jugar el partido de cuartos de final de la Liga de Campeones europea contra el club francés Mónaco. Las explosiones hicieron estallar los vidrios de la luneta del vehículo e hirieron al defensor español Marc Bartra, quien fue operado de una fractura del radio a la altura de la muñeca, y a un agente de policía.

La compra de derecho de venta fue realizada por Internet desde el propio hotel en el que estaba concentrado el equipo, donde el acusado se había alojado dos días antes del atentado. La Fiscalía anunció que dará más detalles sobre las investigaciones en una rueda de prensa que ofrecerá hacia el mediodía local.

El operativo policial de arresto del sospechoso, realizado esta mañana, contó con más de 100 agentes que se desplegaron en los alrededores del domicilio a las seis de la mañana, poco antes de que éste iniciara, como todos los días, el camino hacia su lugar de trabajo en Tubinga. El arresto se produjo apenas 15 minutos después y fue seguido por un exhaustivo registro de la vivienda en presencia de la fiscal encargada del caso. 

Sergei W. será acusado de intento de asesinato, un delito de lesiones y de manipulación ilegal de explosivos. La reconstrucción de los hechos muestran una "asombrosa sangre fría por su parte", señaló la prensa germana. Tras la explosión y mientras los agentes rastreaban el hotel y tomaban declaración a todos los testigos, el autor del ataque se dirigió tranquilamente al restaurante y pidió un plato de carne a las brasas. En el momento de ingresar en el hotel el sospechoso rechazó la primera habitación que le fue asignada, alegando que no tenía ventanas a la calle.  Desde esa habitación no podía verse el lugar en el que más tarde tendría lugar el ataque ni disparar los explosivos escondidos tras un arbusto con un mando a distancia.