Con cielo mayormente despejado, pero con una nubosidad persistente, húmedo y con baja presión, es probable que a lo largo del día se formen nubarrones cargadas que suelten chaparrones no muy significativos. No obstante, eso apenas traerá alivio. El calor rosarino ha llegado para quedarse, definitivamente.

Casi no hay viento, y si el sol asoma, conviene buscar la sombra o directamente el aire acondicionado, porque la jornada depara una sensación térmica bastante más elevada que la temperatura real. Por lo tanto, ropa liviana y tener un paraguas cerca, por las dudas. 

El pronóstico preanuncia chubascos, tormenta y nubosidad constante hasta el anochecer. La temperatura mínima arrancó en 12°C, y la máxima llegará a 26°C.  Pero solo será una lluvia de verano, porque el viernes sólo promete nubes, y el fin de semana, afortunadamente, volverá el sol.