Los distintos aumentos de precios que se vienen sucediendo y el incremento en los valores de las tarifas de servicios repercuten en el bolsillo del ciudadano común y también sobre las empresas. Uno de los sectores afectados es el de la industria cárnica, cuyos productos son de los más consumidos por los argentinos.

Según contó a Radio Casilda Jorge Torelli, representante de Frigoríficos Mattievich y miembro del Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna,  la situación “está afectando mucho porque se incrementan los costos y de esa manera se complica la realidad de los frigoríficos”.

Una de las tarifas que más se siente en esta industria es la de energía eléctrica por el alto consumo que tienen las plantas.

“Todos estos costos luego se traducen a los productos y eso es lo que complica el panorama de los frigoríficos”, agregó Torelli.

Pese al incremento en el precio de la carne nuestro país sigue siendo el mayor consumidor de carne vacuna del mundo con un promedio de  54 kilogramos por habitante por año. Y si se suma el consumo de carne de cerdo, aves y otras el número llega a 118 kilogramos, posicionando a Argentina también en la primera posición.

“De enero de 2015 a enero de 2016 la hacienda en pie en el país se incrementó un 55 por ciento y el consumo de carne disminuyó apenas un 5 por ciento”, detalló.

Torelli explicó que actualmente el consumo interno es que el que más está sosteniendo la industria cárnica porque “la situación internacional es compleja y no permite desarrollar todo el potencial que tienen las plantas de neustro país. Tenemos mercados abiertos pero no podemos entrar porque hoy por hoy paga más el mercado interno que el externo”.

Por último, Torelli se preocupó porque “si bien la situación se está sobrellevando ya se evalúa que el impacto va a ser bastante fuerte”.