Tan grave es la situación que, en esta oportunidad, el ya conocido impacto laboral por abrir la economía parece estar en un segundo plano. La decisión del gobierno nacional de importar cerdos de Estados Unidos afectará a 40 mil puestos de trabajo directos y dejará en jaque a 128 frigoríficos, según el cálculo que dio a conocer hoy Federación Agraria. La mayor preocupación, sin embargo, pasa por evitar que ingrese al país un virus que no circula en la producción local. 

Para el primer riesgo, el de las fuentes laborales, las provincias tienen las manos atadas al no tener autoridad para frenar la ola importadora. Sí en cambio pueden tomar medidas para impedir el ingreso de productos contaminados con algún virus, como se teme que ocurra con los cerdos de Estados Unidos. 

Antes esta amenaza, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos (Región Centro) evalúan la implementación de un bloqueo sanitario. La medida se debatió esta mañana en una reunión que los ministros de la producción de las tres provincias mantuvieron con la mesa directiva de Federación Agraria, veterinarios, productores porcinos y autoridades del INTA.   

"Estados Unidos está afectado por el Síndrome Reproductorio Respiratorio. Argentina está libre de esa enfermedad. El 4 de julio el Senasa sacó una circular prohibiendo la entrada de cerdos de Uruguay por este mismo riesgo sanitario. Y a un mes de esta circular el gobierno nacional aprueba en 24 horas un acuerdo de Estado Unidos. Estamos frente a una gran incongruencia", se quejó Luis Contigiani, el ministro santafesino.

 El funcionario explicó que se reunirán con colegios de veterinarios e investigadores universitarios para "reunir elementos científicos" que avalen la implementación de una barrera sanitaria. "Ante un riesgo sanitario, tenemos la facultad sanitaria de tomar esta medida. Distinto es el tema de las importaciones, donde no tenemos autoridad de frenar. Es una decisión que se va a tomar en conjunto", aclaró.

El ministro de Córdoba, Sergio Busso, dijo no entender "por qué el gobierno nacional toma medidas de esta naturaleza" cuando el riesgo sanitario es "alto". "Las importaciones de Dinamarca y Brasil los productores la soportaron. Pero en este caso no estamos hablando de un impacto productivo, sino de un impacto sanitario", reflexionó.

Con la misma indignación, su par entrerriano Carlos Scheppens afirmó que Argentina "no tiene necesidad alguna de perder su status sanitario" y celebró que exista una "decisión política conjunta" de defender la Región Centro. "Nos preocupa que se tomen medias cada vez más unitarias, sin consulta alguna con las provincias", planteó. 

Omar Príncipe, presidente de Federación Agraria, no quiso pasar por alto el impacto productivo y laboral de esta medida. "Hablamos de cerdos, no del Iphone. ¿Tampoco eso nos van a dejar producir en la Argentina?", ironizó.