Gustavo Alfaro, quien fue presentado oficialmente como nuevo director técnico de Boca Juniors, admitió que su llegada al club de la Ribera “fue una decisión controvertida y meditada” y expresó que la entidad "no tiene purgatorio, es cielo o infierno".

Tras ser presentado por el presidente del club Daniel Angelici y el manager Nicolás Burdisso, Alfaro dijo, en conferencia de prensa, que su llegada “fue una decisión controvertida y meditada”, y agregó que espera “estar a la altura de Boca”. 

"Es una mezcla de orgullo y desafío estar acá. No fue una decisión sencilla que tuve que tomar para venir. Tenía sensaciones encontradas. Pero siento que estoy cumpliendo un compromiso que asumí con mi viejo, cuando le dije que dejaba ingeniería química y le prometí llegar a lo más grande del fútbol argentino”, refirió el técnico. 

Alfaro, de 56 años, insistió que la salida de Huracán fue “controvertida y muy difícil, por la relación que tenia con los jugadores”, pero advirtió: “No traicioné a Huracán”.

El DT explicó que consultó “con muchas personas de más experiencia, con jugadores y el presidente de Huracán (Alejandro Nadur), con la familia”, y aclaró que su contrato “se rigió por el convenio colectivo de trabajo, ya que no había cláusula de rescisión”. 

"La vara está muy alta. Boca está obligado a ganar todo lo que juega. Boca no tiene purgatorio: es cielo o infierno. Salir campeón es la meta. Creo que la vida es la suma de todas nuestras decisiones y ésta es la mía", apeló el flamante entrenador 'xeneize', y pidió que "ojalá Argentina fuera un país con más gente exitosa que exitista". 

Al referirse a la final perdida ante River Plate por la Copa Libertadores: "Sabemos que el duelo ya se hizo y ahora hay que mirar para adelante para empezar a construir la victoria que vendrá".

"Hoy tengo una bala de plata. No todos los entrenadores la tienen. Y la quiero hacer valer como yo creo que la puedo hacer valer", resumió Alfaro.