Nunca antes en sus 80 años de historia la Refinería de San Lorenzo estuvo tanto tiempo con los motores apagados. Ya van 13 días de una parálisis inédita. La incertidumbre se acrecienta con el correr de los días por definiciones empresariales y políticas que no llegan. En juego está la continuidad laboral de 400 operarios y de otros mil trabajadores que indirectamente se benefician del producido de esta emblemática actividad industrial. La angustia ya es indisimulable.  

La prolongación del conflicto acarrea otro grave y silencioso problema: el riesgo ambiental. De no reactivarse los motores se estaría ante un dramático escenario. La refinería tiene más de 20 mil litros de combustible almacenados en tanques y 82 bombas que periódicamente retiran el crudo de las napas para evitar cualquier derrame. 

Hoy las tareas de control y de monitoreo están garantizadas. Hay 50 trabajadores que siguen abocados a la seguridad ambiental de todo el predio. Pero nadie sabe qué va a pasar a partir del 1º de abril cuando finalice la tregua pactada entre los actuales empresarios y los trabajadores.  

Rosarioplus.com contactó a Eduardo Landeira, gerente de Seguridad y Medio Ambiente de la refinería, para conocer el estado de situación y los riesgos que se corren en caso de una parálisis prolongada. Días atrás pidió una reunión con el intendente de San Lorenzo Leonardo Raimundo para dar una voz de alerta. Fue el funcionario quien transmitió esta preocupación. 

"La planta no esta vacía, hay miles de metros cúbicos de combustible y 82 bombas perforando las napas sacando permanentemente los hidrocarburos que están en el subsuelo. Si estas 82 bombas dejan de trabajar porque nadie las mantiene, ni paga el suministro eléctrico, ni las enciende, todo esto iría al arroyo San Lorenzo y al Paraná, y lo mismo pasa en el puerto donde habría una enorme mancha negra en el río", advirtió Raimundo.

Landeira es más cauto a la hora de proyectar escenarios. Reconoce que "abandonar una refinería tiene serios riesgos", pero aclara que hoy todas las tareas de control y de mantenimiento se están realizando con absoluta normalidad. "Hoy están todos los procedimientos activos para garantizar la plena seguridad. Hay gente trabajando para evitar cualquier emergencia. Pero como el panorama es incierto decidí alzar la voz para contar los posibles riesgos. Es mi deber como profesional", explicó.   

Los tanques repletos de hidrocarburos y napas que tienen 80 años "complican el panorama" en caso de que los motores no vuelvan a funcionar.  "Esto no es un almacén que cerrás el negocio y listo. Acá hay que tener muchas cosas en cuenta. Los riesgos son serios", agregó. 

Los protocolos de seguridad se actualizan "mes a mes". "No es lo mismo estar 15 días parados, que un mes o tres meses", indicó. Lo cierto es que "no hay antecedente en el país de una de una refinería cerrada. "Habría que aplicar un protocolo que nunca se aplicó hasta el momento. Por eso ya elevamos las correspondientes notas a la provincia y a la Nación para que se contemple la aspecto ambiental del conflicto", concluyó.