Sí, leíste bien. Si resulta que entre tus cajas con cosas del pasado, o incluso en una cápsula de tiempo que enterraste hace más de 20 años y estás pensando reabrir guardaste algún calendario de 1990, lo podés usar este año porque los días coinciden a la perfección.

La razón es sencilla: el calendario se repite día a día cada 28 años. "El único patrón del calendario es que se repite cada 28 años. Se repite en ese intervalo porque 28 es el mínimo común múltiplo de 4, lo que dura el ciclo de años bisiestos, y 7, los días que tiene la semana ", explica en un artículo del Museo de Ciencias y Artes Aplicadas de Sidney (Australia) el matemático Nick Lomb.

Un año normal se compone de 52 semanas de 7 días (52 x 7= 364), más un día de propina, es decir, 365 días. Si ese día de más no existiese, el calendario se repetiría siempre. Debido a ese día extra, el año siguiente a un año que empiece en domingo comenzaría en lunes, el siguiente en martes y el siguiente en miércoles.

Así, hay siete posibles calendarios en función del día de la semana en el que empieza el año. Pero hay que tener en cuenta los años bisiestos. Al sumar dos días a 364, se doblan las opciones. La razón es que un año bisiesto que empieza en lunes no termina un lunes, finaliza un martes. Por ello hay 14 calendarios posibles. Partiendo de aquí ya es fácil dar por hecho que los almanaques se tienen que repetir bastante.

Pero habiendo 14 calendarios disponibles, no pueden pasar 28 años hasta que se repita un mismo calendario. Cada 28 se repetirá, pero ello no quiere decir que no se repita antes.

Como se explica en foros matemáticos, los calendarios se pueden repetir cada 6, 11 o 12 años antes de clonarse cada 28: "El posible número de días que pueden pasar hasta que se repita el calendario son 2191 (6 años), 4018 (11 años) o 4382 (12 años). Cada uno de esos números de días son múltiplos de 7".

En la página web When can I reuse this calendar? (¿Cuándo puedo reutilizar este calendario?) los resultados para 2018 coinciden con los intervalos planteados: 6, 11, 12 o 28 años.

Hay una excepción en la norma de los 28 años. "En el calendario gregoriano los años con los que termina un siglo solo son bisiestos si son divisibles entre 400. Así, 1900 no fue bisiesto, pero 2000 sí", dice Lomb.

Cuando un año que cierra un siglo no es bisiesto se produce la excepción a la norma de los 28 años. "Nos encontramos en medio de un periodo de años bisiestos cada cuatro años que empezó en 1904 y llegará hasta en 2096. Se romperá en 2100 -fin de siglo no divisible entre 400-", añade Lomb

El calendario que se utiliza en casi todo el mundo es el gregoriano, promovido por el papa Gregorio XIII (de ahí su nombre) e instaurado en el siglo XVI. Sustituyó al calendario juliano, el sistema que oficializó Julio César en el siglo I a.C.