Prender el fuego para hacer un asado no es una tarea difícil, pero a veces, si no se le presta demasiada atención a las brasas, la tarea se puede complicar.

En el barrio porteño de Recoleta, este sábado por la noche, un improvisado asador encendió el fuego para agasajar a familiares y amigos, que estaban de visitas para anticipar los festejos por Navidad y fin de año, pero se olvidó de controlar las llamas.

En pocos minutos, el quincho y parte de la casa del anfitrión se incendiaron y los bomberos debieron apagar el fuego para que la situación no sea más complicada.

Según informó el portal Diario 26, el siniestro comenzó cuando el asador quiso acelerar el proceso del asado y avivó el fuego con mucha más madera de la recomendable, tras lo cual el fuego alcanzó una fuerza incontrolable y una altura que terminó quemando parte de la chimenea y el techo del quincho (que estaban hechos de madera).

La intervención de los bomberos permitió controlar la situación y el asador tuvo que ser atendido por los médicos de SAME para controlar una posible de intoxicación. Afortunadamente no hubo que lamentar víctimas y tan sólo se produjeron muchos daños materiales.