Debido a la fuerte bajante que viene afectando desde hace algunas semanas a la cuenca del río Paraná, Domingo Novaro, un pescador oriundo de San Pedro se llevó una gran sorpresa al descubrir que en su ruta habitual hacia la zona de pesca, se vislumbraban algunas maderas que sobresalían del fondo del río. Tras acercarse, el trabajador se encontró con que se trataba de una embarcación muy antigua, que hacía años que había naufragado en el lugar. Debido al interés que le generó, Novaro le sacó algunas fotografías que luego publicó en las redes sociales y que originaron la respuesta de especialistas.

Es que una vez publicadas, las fotos llegaron a manos de los integrantes del Museo de San Pedro, que enseguida se pusieron a trabajar para intentar descubrir de qué año era la embarcación y el origen de su naufragio. “Novaro pudo ver la proa de este buque de madera que es a todas luces antiguo y le sacó fotos. Luego las subió al Facebook y fue de esa manera que nos enteramos en el Museo e iniciamos la investigación junto a Fernando Chiodini, el historiador del grupo”, relató el director del Museo de San Pedro, José Luis Aguilar.

“Nos pusimos a buscar naufragios que hubieran ocurrido en esta zona, frente a San Pedro, desde el año 1900, y solo había registro de un lanchón comercial que navegaba desde Buenos Aires hacia el Puerto de Corrientes con la carga completa y, en la noche del 21 de agosto de 1921, se incendió cuando pasaba por este sitio ubicado entre San Pedro y Baradero”, precisó.

Según pudo reconstruir el grupo de científicos: "Se trató del buque "Carmen Ligera", de unos 18 metros de largo. Su tripulación pudo salvarse en un bote y luego fue rescatada por un barco de carga que estaba navegando por la zona en el momento del incendio y que los trasladó hasta el puerto de San Pedro.

Una vez que pudieron confirmar esta información, el equipo del museo se dirigió al lugar del hallazgo para buscar objetos que puedan ser de interés para la institución. “Llegamos al sitio en lancha y anclamos en la boca del arroyo; los últimos 200 metros los hicimos en kayak porque, en esta parte, por la bajante del río, la profundidad es muy escasa”, relató el director.

“Llegamos al barco con toda la fortuna de que ese día hubo una bajada aun mayor que en los días previos, por lo que no solo se veía la proa, sino la barcaza en toda su extensión y se podía observar la bodega, la sala de máquinas y demás”, añadió. Pese a que hace casi 100 años que está sumergido, la barcaza se logró mantener bastante entera y lograron detectar un segmento metálico que había sufrido un fuego intenso, lo que coincide con la crónica del incendio.

“Se encuentra semi enterrada y estimamos que se continuará llenando con un sedimento bastante negro con las crecidas del río hasta quedar completamente tapada”, sostuvo Aguilar. 

De esta forma, 97 años después, el Carmen Ligera volvió a salir a la superficie para hacerse visible y permitirle a un grupo de investigadores rememorar su historia. Seguramente, en poco tiempo, cuando el río vuelva a recuperar su caudal habitual, el barco será cubierto nuevamente y, una vez que el sedimento lo haya tapado, quedará enterrado para siempre. 

Antes de que eso pase, el Museo de San Pedro hizo una recopilación de imágenes para poder seguir contando su historia.

UN NAUFRAGIO DE 97 AÑOS...

HALLAZGO HISTÓRICO POR LA GRAN BAJANTE DEL PARANÁ DESCUBREN UN BUQUE QUE NAUFRAGÓ EN 1921 Es un lanchón comercial incendiado y hundido hace 97 años Domingo Novaro es un ferviente amante de la pesca deportiva y en una de sus salidas al río, algo lo sorprendió. La gran bajante que atraviesa por estos días el Paraná, permitía ver los restos semi sumergidos de un viejo navío de madera, en un pequeño arroyo subsidiario del gran río. Novaro subió sus fotos a la red social Facebook por si alguno de sus contactos sabía de qué barco se podía tratar. La consulta no tardó en hacer efecto y desde el Museo Paleontológico de San Pedro, José Luis Aguilar, se comunicó con él para tratar de aportar detalles a aquel enigma náutico. Con los datos brindados por el pescador, desde el Museo de San Pedro se pusieron a analizar antiguos naufragios ocurridos en la zona. La tarea recayó en el historiador del grupo, Fernando Chiodini, gran conocedor del río y su pasado. En poco tiempo las dudas comenzaron a convertirse en datos y todo comenzó a rondar alrededor de un único naufragio ocurrido en la zona el 21 de agosto de 1921: la lancha comercial “Carmen Ligera”. Un naufragio de un siglo “Carmen Ligera” era un lanchón con motor a nafta que transportaba mercaderías generales de forma regular, entre el puerto de Buenos Aires y el de Corrientes. En la noche del 21 de agosto de 1921, navegando el paraje conocido como “cancha del dorado”, el buque se incendió. Cuando su capitán vio que el incendio se generalizaba dirigió el buque directamente a la costa, intentando que no desapareciera en la profundidad del río. En poco tiempo, las llamas perjudicaron el casco de la barcaza y la nave, se hundió. Los siete tripulantes de la “Carmen Ligera”, que al momento de hundirse navegaba cargada con mercaderías valuadas en sesenta mil pesos oro de la época, lograron escapar en un pequeño bote salvavidas para ser rescatados, luego, por otro buque que pasaba por el lugar. Los miembros de la tripulación fueron trasladados a la dependencia de la Prefectura de San Pedro, donde se tomaron las declaraciones pertinentes y se registró el naufragio en el Libro de Guardia correspondiente. A partir de ese momento, el naufragio quedó sumergido en las nieblas del olvido… El rápido accionar del Prefecto Alejandro Hereñú, Jefe de la Prefectura de San Pedro, permitió localizar, digitalizar y extraer datos complementarios del parte de guardia donde se da cuenta del incendio y hundimiento del lanchón en 1921. Allí está documentado el suceso, la intervención de la fuerza en el hecho y el horario del naufragio: a las 22 horas. Los cambios del río Cuando el buque navegó esos parajes, el lugar era muy diferente. Hace 100 años, una pequeña isla dividía al curso del río y los buques pasaban de uno u otro lado de aquel islote. En aquel momento, “Carmen Ligera” navegaba sobre el lado de la isla que daba a la costa entrerriana. Y allí se hundió. Sin embargo, esa isla se fue modificando y ampliando con el pasar de las décadas hasta unirse al continente y aquel brazo de río por donde navegara la barcaza se transformó en un pequeño arroyo. Con los años, el arroyo se siguió cerrando y hoy sólo queda un pequeño tramo de escasa profundidad. Allí, a unos 200 metros del cauce principal del río, está hundida en el barro la “Carmen Ligera”. Estado del naufragio Javier Saucedo y José Luis Aguilar, del equipo del Museo, fueron quienes pudieron llegar hasta el naufragio aprovechando un pico de la bajante. Recorrieron en lancha los 25 kilómetros de río que separan a San Pedro del punto del hallazgo, para fondear en la entrada del arroyo y bajar un kayak con el que lograron alcanzar los restos debido a la poca profundidad que presentaba el lugar. Ese día el río estaba más bajo que en el momento en el que Novaro divisó el naufragio, por lo que la barcaza podía verse en toda su longitud. La embarcación fue construida con tablas de madera muy resistentes, de buen espesor, que aún resisten el embate de los años. Está semi enterrada en un barro fino, denso y oscuro y cubierta por una capa de agua de unos 50 cm. Pero todo cambiará cuando el río se normalice y la vuelva a tapar totalmente. El punto visible más alto es el puntal de proa, que sobresale algo más de un metro veinte de la superficie. Al ras del agua está la borda de la embarcación, la tapa de la bodega y la de su sala de máquinas. En la popa todavía puede verse el eje del timón. El interior del casco está ocupado por el fango que el río depositó allí en casi un siglo de sedimentación. Los integrantes del Museo de San Pedro pudieron observar un fragmento de metal quemado que revela la intensidad de las llamas que devoraron el fondo de la “Carmen Ligera” aquella noche. Ese día se realizó un relevamiento fotográfico detallado del naufragio. Sobrevuelo del naufragio Unos días después, el equipo del Museo regresó para tomar imágenes aéreas de este posible último adiós que ofrecía el “Carmen Ligera”. Desde el Museo Paleontológico de San Pedro, comentan que “como sabíamos que la bajante extrema no duraría demasiado, decidimos intentarlo. Nos tocó un día muy malo. Atravesamos el Paraná con olas de un metro y vientos con ráfagas de 40 kilómetros y tuvimos que esperar dos horas en la lancha antes de poder desplegar el drone durante un momento de menos viento. Para esto contamos con la experiencia de Agustín Visca, propietario del equipo, porque de otra manera se hubiera perdido ese registro audiovisual. Hasta hoy, el naufragio sólo existía en los antiguos libros de la Prefectura Naval de San Pedro y muy pocos sabían de aquel hecho, pero la gran bajante del Paraná hizo que se pudieran observar sus restos, lograr contacto físico con ese pedacito de historia náutica y conocer el punto exacto donde se hundió este buque hace casi un siglo. No quedan dudas de que, a partir del descubrimiento de “Carmen Ligera” 97 años después de su hundimiento, su historia pasará a ser un dato de color para la navegación comercial del Paraná”.

Publicado por Museo Paleontológico de San Pedro "Fray Manuel de Torres" en Martes, 28 de agosto de 2018