Siete días seguidos sin salir del Congreso. Ese es el tiempo que llevan los diputados de Corea del Sur en el hemiciclo de su país. Más de 140 horas de intervenciones en la Asamblea Nacional del país asiático.

¿El motivo? Una obstrucción parlamentaria que pretende impedir la aprobación de una ley antiterrorismo. El proyecto presentado por el partido gobernante, el conservador Saenuri, autorizaría a los servicios de inteligencia recabar una serie de informaciones personales, entre ellas listas telefónicas, de las personas sospechosas de presentar una amenaza para la seguridad.

Para la presidenta surcoreana, Park Geun-Hye, la nueva legislación es necesaria para luchar contra las crecientes amenazas terroristas, incluidas las norcoreanas. Pero de acuerdo a las declaraciones del partido progresista, el encierro seguirá hasta que el gobierno abra el diálogo.

Con esta larga reunión los coreanos batieron el récord de los demócratas canadienses, que ostentaban este curioso mérito desde 2011, cuando su obstruccionismo alcanzó las 58 horas.