No hay largas colas ni ultra fanáticos en carpas. No hay venderos ambulantes ni la mercadotecnia de las chucherías roqueras. No hay certezas sobre la cantidad de personas que comenzarán a hacer una peregrinación inédita simplemente porque las matemáticas no son exactas y menos aún cuando se trata de sensaciones y sentimientos inexplorados. Los números probables parten desde el medio millón hasta el millón y medio. La Habana quiere entrar en el Record Guinness para superar el concierto del 2006 cuando los Rolling Stones tocaron en Copacabana Beach de Río de Janeiro para 1,5 millones de personas. A horas previas del hito las especulaciones sobre la convocatoria de este mega recital gratuito crecen alrededor de la Ciudad Deportiva pero los números tienen variables extremas.

Más allá de la ausencia de las largas colas los que sí llegaron son los curiosos, la prensa internacional, los técnicos que no dejan de probar el sonido y las luces y los responsables del operativo de seguridad que terminan de acomodar las vallas en el ingreso y en las divisiones que habrá dentro del campo.

Las puertas se abrirán a las 14 de este viernes 25 de marzo. Los Stones llegarán tres días después de la partida del presidente de Estados Unidos Barack Obama. Del símbolo político y económico al icono del rock en poco más de 72 horas, los habitantes de la isla palpitan estos dos hitos con la potencia de la contemporaneidad. Con el peso de la historia y con las expectativas de un futuro promisorio. Hay esperanza y alegría que se traduce no sólo en palabras como expresión de deseo. Porque lo que late en el césped es la más pura realidad. Un fragmento de realidad que no cabía en el imaginario colectivo del pueblo cubano hasta no hace mucho tiempo.

El rock en Cuba

Radamés trabaja en el Ministerio de Cultura y es abogado. Esta junto a un grupo de periodistas guiándolos en el estadio. Él considera que los de su generación, quienes tienen entre 20 y 30 años se acercarán al concierto por curiosidad ya que no conocen lo que hacen los Stones. “Es impresionante lo que está ocurriendo aquí y este es un espectáculo totalmente novedoso y asombroso. Se difunde poco en las radios y en la TV. Yo no los escucho”, argumenta el funcionario. “Vamos a recibir una sensación inmensa y ojalá que esto quede plasmado en la historia de Cuba”.

El diario Granma refleja en sus páginas la previa y realiza un recorrido de las históricas visitas del rock en Cuba: “Los Stones mostrarán lo que es evidente. En Cuba el rock and roll pasa revista a miles de seguidores de todas las generaciones, tanto en su vertiente más clásica como en las tendencias más radicales del metal que pegan con una fuerza enorme en el underground local”. Los Manic Street Preachers llegaron a Cuba en el 2001 en el teatro Karl Marx. Un año después hubo un concierto de Asian Dub Foundation. El diario también enumera los conciertos del extecladista de Yes, Rick Wakeman, Sepultura en el 2008 y The Dead Daisies en 2015. Pero nada se compara con este concierto-hito que es mucho más que rocanrol.

Made in Argentina

La prensa internacional está en Cuba. Muchos de los enviados especiales se quedaron toda la semana desde la llegada de Obama. Entre los medios argentinos están los integrantes de La Viola de TN y un equipo de Telefe Noticias. “La cobertura en Telefe Noticias ya comenzó. Hay mucho misterio con los Rolling. Van a recibir a músicos locales y se van a reunir con el embajador británico en La Habana. Se fue Obama y llegan los Stones y nosotros seguimos trabajando”, afirma Guillermo Panizza de Telefé.

“Hay mucha gente alquilando casas por aquí. Hay una expectativa enorme, hay esperanza. La pregunta es qué va a pasar el lunes cuando Obama y los Stones ya sean historia. Qué va a pasar cuando el cubano se tope con la vida cotidiana no lo sé. Esto va a ser un cambio a largo plazo, más allá que hay personas de distintos sectores que ya están contentos como por ejemplo los taxistas o quienes tienen un paladar y viven del turismo”, agrega el periodista argentino.

Dos curiosos y una pregunta

Miguel y Amelia están en el fondo del perímetro vallado a unos 150 metros del escenario. Ella es jubilada y luce un paraguas con la estampa del dibujo de una mujer. Miguel es ingeniero y traduce su alegría en palabras: “Todo el mundo está muy contento y la gente quiere verlos. Esto es la primera vez que se ve”. Amelia dice que si la salud la acompaña va a regresar a verlos. Pero los entrevistados se transforman repentinamente en entrevistadores

- ¿Pero vos los viste en Argentina?

“Yo no los vi porque la entrada era muy cara”, respondo rápidamente aún sorprendido por la contra pregunta. “¿Y cuánto vale una entrada allá?”. Digo doscientos dólares sacando una cuenta al voleo como para no ser descortés y pretendo reconducir la entrevista. Pero fallo. Miguel eleva el tono ante mi segunda pregunta.

- ¿Esto puede modificar algo en la cultura cubana?

- ¿Cambiar la cultura cubana? Pero qué preguntas, chico. Si la cultura cubana es la más amplia de América Latina. Esta es una isla musical. Junto con Puerto Rico y República Dominicana somos los países que dictamos la música internacional en todos los órdenes.

“Los Stones pueden utilizar algunos elementos rítmicos de la música nuestra e integrarla en su música”, agrega la jubilada de paraguas. ¿Ustedes escuchan los Stones?, vuelvo a preguntar. “Claro. Sobre todo Satisfaction. Es una canción lindísima. Desde el 62 ellos están dando conciertos. Y nosotros sí los escuchamos”.

- Entonces los Stones se van a nutrir de la música de Cuba…

-  Son cosas distintas. El rock no es una música cubana. Viene de otro origen. Pero nosotros somos una potencia musical. Si tú sacas una pata, de abajo sale un músico o un cantante. Este es un país de artistas. Aquí hay un millón y medio de profesionales.

Tal vez mañana haya un millón y medio de personas. El dato magnánimo para graficar un hito. Aunque para Miguel, el ingeniero curioso, el dato del millón y medio es de los profesionales que habitan en la isla. Otros números de una misma historia.