Aunque aún no se sabe a ciencia cierta el origen de la pandemia, los murciélagos y los pangolines son dos de los principales sospechosos de haber transmitido el Covid-19 a las personas que los comieron. 

Y desde que se descubrió que el origen está asociado a la zoonosis (enfermedades de animales que pasan a los humanos), y más específicamente por el consumo de carne animal, el Gobierno de China ha decidido cerrar los mercados ilegales y ha endurecido las normas para su consumo.

Para suerte de los más impresionables, estas normas incluyen a los perros. Aunque para varias regiones del país asiático "el mejor amigo del hombre" es considerado un manjar, la nueva ley publicada recientemente ha prohibido el consumo de perros y gatos.

"En pos del desarrollo de la civilización humana y el respeto de la ciudadanía hacia la protección de los animales, los perros han pasado de ser ganado tradicional a animales de compañía", aclaraba la nueva normativa.

Segun el grupo de bienestar animal "Animals Asia", alrededor de 10 millones de perros y cuatro millones de gatos son sacrificados por año para ser comidos en China.