Unas mellizas cosen a la par en un taller. Un obrero recuerda del momento en que la policía llega para desalojar la fábrica recuperada. Un operario aprende a moldear el vidrio. Dos hermanos diseñan un nuevo modelo de guitarra. Las fábricas, sus máquinas, sus herramientas, los lugares de descanso, cobran vida en los relatos de las personas que las hacen trabajar.

Este viernes estrena La Vida de las Fábricas, serie documental de Florencia Castagnani en Cine El Cairo, Santa Fe 1120, donde será acompañada por el cortometraje El niño y la noche, de Claudia Ruiz. Allí se proyectarán dos capítulos de la serie televisiva, sobre la historia de Fabricaciones Rosario Cooperativa Ltda. y Cristal San Carlos. La entrada gratuita se retira en boletería a partir de las 17 el mismo día de la función.

Ganadora de la convocatoria Estímulo a las Industrias Culturales y de un concurso de series de televisión del INCAA, la serie de la realizadora rosarina que comenzó como proyecto hace tres años retrata la vida cotidiana en cada fábrica con sus horarios, descansos, rutinas y funciones, la relación entre los trabajadores. La idea es que luego del estreno circule en canales comerciales, en principio en el canal de la provincia 5RTV.

En diálogo con Rosarioplus.com, Castagnani precisó: “Queríamos ver cómo se establecen las relaciones humanas generadas entre los trabajadores, y en algunas el trabajo es en común en una cadena que depende de todos, forjando relaciones de compañerismo, y hay dos cooperativas, donde vimos que las relaciones son mucho más fuertes”.

Precisó que las ocho fábricas retratadas –una por capítulo- son todas pequeñas o medianas, y cada una fue elegida por algo en particular, “sea por el aguante de los obreros, por atravesar una crisis como ocurre en un sector, o por su gran historia de comienzo con los inmigrantes, por ejemplo”.

La búsqueda de la producción de la rosarina era que sean representativas de toda la provincia, de diversas regiones y que tengan diferentes tipos de producciones, y por eso “algunas son más convencionales y fuertes como las maquinarias agrícolas, y otras más específicas como la fábrica de guitarras, y así ser más representativos”.

Recordó sobre la coyuntura económica que el país atraviesa: “Notamos un gran cambio entre las primeras cuatro películas que filmamos con las segundas, porque la economía empeoró y se sintió mucho en lo anímico mientras hacíamos los documentales”.