Si en algo no pecan seguro en el Vaticano es de falta de previsión, y por eso ya dejaron lista y preparada la tumba donde descansará el próximo Papa que fallezca. Así es, siguiendo el dicho “mejor prevenir que curar”, pusieron manos a la obra y se quitaron un problema de encima finiquitando el lugar.

Pero que se quede tranquilo Francisco, porque en la carrera por ocupar la cripta de mármol blanco instalada en la zona donde yacen todos los máximos jefes de la Iglesia, sigue en cabeza el antiguo sumo pontífice, Benedicto XVI, que tiene ya 88 años, nueve más que el argentino.

Sin embargo, para achicar el margen de error, los creadores del espacio papal no quisieron aventurarse a hacer ninguna inscripción con nombre, porque nadie sabe nunca qué caminos le depara el señor.