El Museo de Bellas Juan B. Castagnino celebra sus 80 años de vida en la ciudad, con su fecunda y vasta colección de artistas europeos y nacionales que ahora contarán con una moderna ampliación con auditorio incluido.

D’Amico, adelantó en diálogo con Rosarioplus.com que “el de hoy es un acto conmemorativo”, en el cual habrá un adelanto del proyecto de obra de la ampliación, y de una muestra sobre la historia del arte argentino de los últimos 100 años para 2018, con foco en los artistas rosarinos.

Además realizó un racconto de los comienzos allá por 1917, cuando un visionario y joven Juan Bautista Castagnino creaba “el germen del museo con la Comisión de Bellas Artes de Rosario para promover artistas y actividades en calle Santa Fe y Laprida”. Y hasta contó sobre aquel robo histórico que sufrió de tres obras, y sobre la familia Castagnino, mecenas y promotora del arte plástico en la ciudad, hoy representada por el joven José Castagnino y Eugenia Usellini, herederos y activos participantes de las actividades y la Fundación Castagnino.

Un museo que se expande constantemente

El museo como tal este año cumple sus 80 años en la esquina de Pellegrini y Oroño, y a las obras que ya contaba el patrimonio de la familia Castagnino se fueron sumando colecciones de artistas locales, nacionales e internacionales de renombre como José de Ribera, Francisco de Goya, Maarten van Heemskerck, Valentín de Zubiaurre, Joaquín Sorolla, Alfred Sisley, Charles Daubigny, Eduardo Mac Entyre, Prilidiano Pueyrredón, Fernando Fader; los argentinos Emilio Petorutti, Lino Spilimbergo, Alfredo Guttero, Benito Quinquela Martín, Raúl Soldi, Augusto Schiavoni, Oscar Herrero Miranda; y los rosarinos Lucio Fontana, Leónidas Gambartes, Ángel Guido, Anselmo Piccoli, Hugo Ottman, Carlos Uriarte, Manuel Musto, Antonio Berni y Luis Ouvrard.

El Salón Nacional es cada año un caudal de nuevas adquisiciones para el Castagnino, ya que las obras ganadoras se vuelven patrimonio del mismo, y los artistas reciben considerables premios, que “en los últimos años fue muy abierto y sin categorías, por lo que se recibieron obras de lo más diversas, entre esculturas, grabados, punturas, y también obras performáticas teatrales”.

Ya por el año 2000, bajo la dirección de Fernando Farina era tanto el patrimonio de artistas contemporáneos que se sumaron a los de bellas artes que se decidió desdoblar en dos el museo, y emplazar el MACRO en los silos Davis a la vera del río y Oroño en 2004.

D’Amico precisó que la sede del Museo Castagnino será ampliada a partir del proyecto de dos estudios de arquitectos cordobeses que ganaron el concurso nacional en mayo pasado, y que actualmente se encuentra en estudio en la Secretaría de Planeamiento. Para llevar a cabo esta ampliación, destacó que “no es una obra barata, será de entre 80 y cien millones de pesos, que se pretende costeará una parte pública y aportes privados”, al igual que su primer edificio inaugurado en 1937 y edificado por los arquitectos Juan Manuel Newton e Hilarión Hernández Larguía, este último su primer flamante director.

El referente del museo precisó que es una ampliación “necesaria, ya que la cantidad de obras y actividades son mayores que la capacidad edilicia del edificio”, y en este sentido enumeró que se ganará en metros cuadrados espacios para talleres de restauración, depósitos, oficinas, sanitarios, muestras temporales, biblioteca y hasta un auditorio. Sucede que como expresó su director, “el Castagnino está vivo, tiene una proyección y un potencial que trascienden las fronteras del país”.  

El robo más grande de cuadros de la historia rosarina

Consultado D’Amico sobre delitos padecidos por la institución a lo largo de sus ya 80 años, precisó que sólo sufrió un robo en 1987, porque hasta entonces eran muy bajas las medidas de seguridad, cuando hoy la guardia es permanente y hay cámaras, por lo que ya no es fácil el robo de obras de arte.

El 24 de marzo de 1987 un grupo comando ingresó y forzó al sereno del Castagnino, y se dio con el motin de cuatro obras valuadas en ese momento en 12 millones de dólares, lo que valió un juicio de la familia Castagnino a la Municipalidad de Rosario.

Las obras secuestradas fueron “Felipe II”, de Tiziano; “El Veronés”, de Pablo Cagliari; “Retrato de un joven” y “Un evangelista” de El Greco; “Palomas y Pollos” y “Bandidos asesinando a hombres y mujeres”, de Goya; “Paisaje con frailes y lavanderas”, de Alejandro Magnasco.

La única obra recuperada fue “Palomas y Pollos”, encontrada dos años después en Miami cuando un ex comisario de la Policía Federal intentaba venderlo. El resto todavía se puede observar entre las piezas de arte que busca Interpol.

“Los robos de estas obras fueron por encargo, es muy raro que visitantes del museo se la jueguen cuando no tienen chances de vender las obras robadas”, explicó el director, y agregó que “hay un circuito ilegal internacional, y por eso siempre que una institución sufre un robo de obras de arte lo denuncia internacionalmente”.