Tras más de diez años sin exponer su obra en una muestra propia, este viernes 30, y con la singularidad que lo caracteriza, el artista plástico y gestor cultural Dante Taparelli inaugurará Leña, en el Museo Municipal de Arte Decorativo Firma y Odilo Estevez.

La muestra podrá visitarse hasta el 24 de febrero, con la curaduría de Lila Siegrist y de entrada libre y gratuita. “El origen de la reunión, el origen de la conversación, el origen del diálogo se define alrededor del fuego. Se define el cobijo en el espacio de reunión que genera el fuego, en el origen de la palabra transformadora y, ahí, al momento de la combustión, se instala Taparelli”, precisó Siegrist.

La última muestra del artista se llamó El Pulso y estuvo exhibida en 2007 en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, que por ese entonces aún se llamaba el Bernardino Rivadavia.

En esta ocasión, el museo recibe la obra de Dante y, al respecto, su directora Analía García resaltó: "La exposición que cierra el año del 50 aniversario del Museo Estévez no pasa desapercibida: Taparelli, gran artista popular de la ciudad, es un gran amigo de la colección y de nuestra institución. Él fue muy generoso con el museo durante muchos años. Parte del vestuario de la visita teatralizada que proponemos, ‘Por las huellas del pasado’, se compone de prendas que fueron de su familia”.

Dante Taparelli nació en Santa Fe en 1955 y en 1979 se radicó en Rosario. Artista inmerso en diferentes disciplinas, su obra tiene el valor de una reconocible marca de autor y se destaca por su impacto, contundencia, y el gran poder de identificación.

En este tiempo transcurrido en la ciudad, Taparelli devino gestor cultural desarrollando una obra pública junto a otros artistas. Muchos de sus trabajos se exhiben de manera permanente en lo que él mismo define como el lugar más democrático, diverso y popular: la calle. Su sello concentra un alto valor simbólico, un impacto significativo, una mirada sanadora, piadosa, sensible y, por sobre todas las cosas, inclusiva, porque sus obras están pensadas y creadas con el propósito de generar convivencia, memoria colectiva, cultura.

“Siento un orgullo tremendo por poder participar en el festejo de los 50 años del Museo Estevez con mis instalaciones y mis obras. Yo siempre he trabajado con el dolor humano, todas mis obras son rengas, siempre les falta algo. En este caso, hice un collage tomando como experiencia cuestiones personales. Yo tuve dos madres y las vi a las dos desarmar su vida, de a poquito, cuando ya no podían estar solas, para que alguien las cuide. Entonces, mueble por mueble, copa por copa, toda esa ficción de lujo y seguridad que uno construye sobre la vida, va desprendiéndose de a poco hasta transformarse prácticamente en un bolso, que es con lo que uno se aleja”, explicó Taparelli sobre Leña.

“Yo tomé un árbol que fue masacrado, un pino maravilloso que fue cortado estúpidamente, que estaba en un lugar semidesértico y lo cortaron en tajadas. Tomé esos pedazos y los transformé en personajes y en objetos, embalándolos a su vez con esos otros objetos suntuarios y de lujo que quedan cuando las personas se van. Elegí metales porque también son una ficción. Uno dice y resulta que la platería de la tía en realidad es de bronce con un baño de plata y parece que toda la vajilla y las cosas que juntamos durante nuestro trayecto en este mundo es para hacer más amable el corto tiempo que estamos acá y que también es una ficción”, agregó.

En el trabajo de Taparelli abundan los signos personales que lo muestran como artista, como gestor, como funcionario público (es director de Diseño e Imagen Urbana en la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario) y como persona. Su esencia artística, su búsqueda tácita, se asoma también en esta muestra.

“Estos últimos años pasé mucho tiempo trabajando en el cementerio, en permanente contacto con la realidad, y sé que las cosas no son nuestras, no se van con nosotros. Mostrando un poco los fuegos fatuos con los que uno se rodea y se cree dueño del mundo, como los trofeos, y la vajilla de metal, los transformé en chapa y con eso forré e hice personajes que tienen una mirada tremenda, de desasosiego. La mirada de desasosiego que nos dice que mientras uno está disfrutando de eso que tiene, hay tantos Juanitos Laguna comiendo de la basura o durmiendo debajo de un puente. La muestra, de alguna manera, da testimonio de que toda esta estupidez en la que se transformó la sociedad en los últimos años nos lleva al caos. Por eso la llamé Leña, porque el destino de todo eso es el fuego. Como el nuestro”, expresó.

En el marco de su 50º aniversario, el Estévez propuso una serie de muestras destacadas, entre las que se encuentran las puestas de Andrés Paredes, Marcelo Toledo, la exposición de dibujos '68-'18 curada por Beatriz Vignoli de la que participaron artistas locales o la exhibición de los grandes vestidos reales a cargo del camerunés Lamyne M.