El hilo conductor de lo expuesto en la audiencia pública este jueves en el Centro Penal de Justicia son las extorsiones. Apriete a los tiros, amenazas y hostigamientos que terminaron de descubrir una extensa red de casinos clandestinos en el Gran Rosario. Las derivaciones son esperables pero no dejan de sorprender: la connivencia de la policía y hasta de un personal civil de una fiscalía que habría filtrado algunos datos calientes. Además de la presencia, una vez más, de Los Monos como tiratiros de la zona sur. 

Es un sistemas de capas podridas que se van solapando: la red de casas de juegos ilegales, el amparo de parte de la policía, y las extorsiones a quienes regentean esas cuevas con el fin de recaudar dinero en nombre de Ariel Máximo “Guille” Cantero, el líder de Los Monos, preso con seis condenas, pero que sigue operando

La consecuencia de lo narrado respecto de ese submundo delictivo fue la acusación de cinco personas, entre ellas un comisario mayor retirado, Alejandro Torrisi, ex jefe de la Unidad Regional VI de Villa Constitución. Otro es Mariano Ruiz, el “financista” y armador de la logística  de Los Monos, quien tendría un papel determinante en las extorsiones.

Un último de los acusados es Maximiliano “Cachete” Díaz, preso por instigar el atentado cometido en enero pasado contra el Casino City Center donde un hombre que apostaba esa noche de verano resultó asesinado tras recibir un balazo al azar cuando fumaba en uno de los balcones que da al exterior.

Es este quien termina tirando de un cable que conecta con un aparente empleado raso de  Fiscalía. Días antes del atentado mencionado, detuvieron a dos de sus cómplices con armas. Para lograr su liberación, Cachete Díaz habló con un hombre que regentea un casino ilegal y tiene aparente cobertura para que pueda liberar a los detenidos a partir de mover contactos. Uno de estos fue en una fiscalía del Centro Penal de Justicia. Allí logró algunos detalles, según se expuso en la audiencia, pero no mucho más. Ese episodio sigue en investigación.

Tira tiros. Lo cierto es que se le echó luz a una compleja selva de ilegalidades que operan bajo el calor del juego clandestino. Una de las patas es la extorsión de parte de una organización criminal que chantajean a fuerza de balas, a quienes están al mando de casinos ilegales, por lo que no pueden denunciar la situación.  

El ministro de Seguridad provincial, Marcelo Sain, se hizo presente en la audiencia para dar respaldo y luego dejó un interesante análisis que replicó el diario La Capital: "Es asombroso advertir como ocurrió en esta audiencia la forma en que Los Monos le comen un espacio de negocio a un emprendedor exitoso del juego clandestino que tiene lazos con la policía".

Luego completó: "La crisis se expresa en que Los Monos, solamente amenazando con tirar tiros, sean capaces de disputarle con éxito un pedazo de negocio a la policía hasta apoderárselo. Si a un capitalista que trabaja con la policía bonaerense durante años un grupo como Los Monos intenta rebanarle parte de su mercado dura diez días”.